Agresión sexual
El docente contactó por primera vez con la menor cuando esta comenzó sexto de primaria.
En Ourense, Galicia, la Audiencia Provincial ha condenado a 13 años y medio a un profesor por abusar sexualmente de manera reiterada y violar a una alumna. Los delitos comenzaron cuando la víctima tenía 12 años y se prolongaron hasta que cumplió los 16.
El acusado, de 45 años, contactó con la víctima por redes sociales, concretamente, Instagram, ocultando su identidad. Uno de los principales motivos por los que seleccionó a la menor fue por su situación de vulnerabilidad familiar.
Durante cuatro años, el hombre sometió a la joven a numerosos abusos y violaciones, así como a "prácticas sádicas" y, en una ocasión, le propinó una paliza y la abandonó en el monte.
En la sentencia, la Audiencia relata que el docente impartió clases a la víctima desde Educación Infantil hasta Primaria, contactando con ella por primera vez cuando estaba en sexto de primera.
Para poder entablar relación con ella, se creó una cuenta falsa en Instagram en la que ocultaba su verdadera identidad y su aspecto, iniciándose entre ellos "una relación virtual en la que el acusado se presentaba como un apoyo emocional para ella, intentando ayudarla a solucionar sus problemas para, después, pedirle fotos desnuda y videos".
Pasado un tiempo, la víctima comenzó a insistir en que el usuario desconocido de Instagram revelara su identidad. Finalmente, el acusado cedió y citó a la menor en el aula de música, descubriendo en ese momento quien era.
"La menor se quedó en estado de shock, y el acusado la abrazó, le dijo que la quería mucho, que él la apoyaba, la sentó sobre sus piernas y la besó en la boca", relata la sentencia.
Tras este primer encuentro, el profesor consiguió establecer contacto con la víctima en varias ocasiones en el colegio. Los jueces encargados del caso aseguran que durante estos encuentros el acusado realizó actos sexuales con la menor, además de propinarle "bofetadas y azotes, a modo de práctica sádica".
Después de numerosas agresiones en el colegio, el profesor comenzó a verse con la menor fuera del recinto educativo, llegando a registrarse tres encuentros, durante los cuales abusó de ella de forma continuada y la violó.
Para poder organizar la hora y el lugar en el que iban a quedar, el acusado le proporcionaba instrucciones acerca de dónde estaba ubicado su coche. Una vez localizado el vehículo, la obligaba a meterse en el maletero para que viajase escondida.
En la sentencia se relatan las tres ocasiones en las que se vieron:
Esta última agresión hizo que la víctima bloquease a su agresor al llegar a casa, buscando no volver a tener contacto con él. Además, en septiembre de 2021, al comenzar el curso escolar, expuso los hechos en el colegio y, finalmente, formalizó la denuncia ante la Guardia Civil.
El tribunal remarcó que el docente era "perfectamente conocedor de la edad y de la fragilidad emocional de la menor, derivada de una grave problemática familiar, presentándose como una figura de referencia y apoyo, aprovechándose de estas circunstancias".
Además, remarcaron la posición de superioridad que ostentaba el condenado debido a "la diferencia de edad, su condición de docente y el ascendente que ejercía sobre la menor".
La declaración de la víctima fue clave a la hora de condenar al acusado, ya que consideraron que iba "más allá de la verosimilitud, siendo verídica por su vívido y descriptivo relato, avalado por múltiples elementos de juicio, como son la prueba pericial tecnológica, las testificales de sus compañeras y amigas y la pericial de credibilidad del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga)".
A su vez, otros docentes aseguraron que el profesor "contactó con varias menores, alumnas del mismo colegio, ocultando su identidad, sabiendo perfectamente quiénes eran ellas, así como que eran menores de 16 años, deduciéndose por el contenido mismo de las conversaciones que el acusado se presentaba inicialmente como una figura de apoyo, para después ya pretender que las menores le enviasen fotografías o vídeos de ellas desnudas o en prácticas sexuales".
Además de la pena de 13 años y medio de prisión:
La sentencia no es firme, pues cabe presentar recurso ante el TSXG.
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