MANTIENE SU PLAZA EN EL CENTRO EDUCATIVO
Juan Carlos M., que reconoció los hechos, ha aceptado una sentencia por conformidad con una pena de dos años de cárcel, que pedirá no cumplir, por un delito continuado de falsedad documental con el agravante de haberse aprovechado de su puesto de trabajo y la atenuante de haber confesado. "Desde el primer momento reconoció los hechos. Nunca los ha negado. Lo ha hecho en un momento concreto y por un hijo. Es reprochable, pero humanamente, entendible", ha justificado su abogado.
A día de hoy, mantiene su plaza en el mismo centro educativo en el que se produjeron los hechos de los que Juan Carlos M. se arrepiente. "Está arrepentido desde el primer momento y así lo ha reconocido ante las autoridades administrativas y judiciales", ha asegurado su abogado, quien se ha mostrado convencido de que "no va a repetir la maniobra".
El caso comenzó con una denuncia anónima, según ha revelado el letrado, por una alteración del expediente académico de su hijo para aparentar que había aprobado el bachillerato. Las notas las modificó "en dos ocasiones con una única finalidad, no era una alteración constante del expediente", ha precisado el abogado.
Con ello buscaba aparentar que había aprobado Bachillerato y poder solicitar así plaza en un ciclo formativo de grado superior. Tendrá que abonar las costas del proceso y 6 euros diarios de multa durante 9 meses.