Apartado de toda actividad pastoral en enero de 2015
La Audiencia Provincial de Badajoz ha condenado a un total de 17 años y cuatro meses de prisión al expárroco del municipio pacense de Mengabril por delitos de abuso sexual a dos menores y por falsedad documental, y a cuatro de años de cárcel a los padres de uno de estos menores por consentir los citados abusos.
En concreto, el sacerdote, que fue apartado de toda actividad pastoral en enero de 2015, ha sido condenado a 11 años de prisión por un delito de abuso sexual a un menor, y a otros cuatro por el mismo delito sobre otro menor, así como la prohibición de aproximarse y comunicarse con ambos durante 12 y 10 años, respectivamente.
Asimismo, la Audiencia de Badajoz le ha impuesto dos años y cuatro meses de prisión por un delito continuado de falsedad en documento oficial, con una multa de 3.000 euros, y otros 7.200 euros por un delito continuado de quebrantamiento de medida cautelar.
La sentencia también recoge la imposición de cuatro años de cárcel a los padres de uno de los menores por un delito de comisión por omisión de abuso sexual. Hasta la fecha en la que se conocieron las denuncias (enero de 2015), que partieron del consistorio mengabrileño y que fueron trasladadas a la Fiscalía de Menores y a la Junta de Extremadura, el ahora condenado era responsable de impartir catequesis y oficiar misas.
Nada más conocer la sentencia, la Diócesis de Plasencia ha mostrado su respeto por la mismo y ha expresado "su inmenso dolor" por este "escándalo", a la vez que ha mostrado su "más firme condena de todo abuso sexual de menores", algo que "contradice el mensaje cristiano y la misión de la Iglesia".
A través de un comunicado, el Obispado indica que ha esperado "escrupulosamente" la resolución del juicio civil para no influir en el resultado y que respeta tanto la sentencia pronunciada como el derecho del condenado a recurrir a instancias superiores. Tras reafirmar su compromiso "con la verdad, la transparencia y la acción firme en este campo", la Diócesis afirma que hace suyo "el sufrimiento de quien se siente víctima", a quien le piden perdón y le ofrecen "la oración y el afecto maternal de la Iglesia, solícita de la reparación del daño espiritual que se le haya causado".
Además, especifica que está dispuesta a prestar a la Administración de Justicia la colaboración que sea necesaria en cualquier caso de esta naturaleza. La Diócesis de Plasencia, a cuya jurisdicción eclesiástica pertenece Mengabril, expresa su compromiso de "luchar decididamente para evitar que sucedan hechos de esta naturaleza y que no produzcan tan gravísimo daño a todos los que confían en la Iglesia y sus pastores, en su inmensa mayoría ejemplares".