Barcelona
Una conversación por WhatsApp al día siguiente fue clave para la agresión sexual en Barcelona.
Varios amigos se encontraban en una discoteca de Barcelona en marzo de 2020. Fue ahí cuando un amigo echó una sustancia desconocida en un chupito para que se lo bebiera una amiga.
Más tarde, la joven denunció una violación y ahora la Audiencia de Barcelona ha condenado al hombre a cuatro años de cárcel. En la sentencia, a la que ha tenido acceso 'EFE', la sección 21ª de la Audiencia de Barcelona impone al procesado, la pena mínima prevista para los delitos de abuso con penetración antes de la entrada en vigor de la ley del 'solo sí es sí', que endurece las condenas en los casos de violación por sumisión química y las considera agresión sexual.
Los hechos sucedieron en una discoteca de Barcelona en 2020
La violación ocurrió el 7 de marzo de 2020. La joven fue junto a varios amigos a una discoteca. Confesó sentirse ebria, pero que no fue hasta que bebió una copa que le dio un amigo del procesado, cuando cayó inconsciente. La chica despertó hasta el día siguiente, en el coche del condenado.
La sentencia recoge que el condenado "aprovechó que la víctima había perdido la conciencia para violarla, sin que ella pudiera ofrecer la más mínima resistencia".
Un WhatsApp clave al día siguiente
La joven, al día siguiente, le preguntó al acusado si la había violado. "¿Me violaste?", le dijo al amigo en una conversación por WhatsApp. El acusado lo admitió: "Jajaja, ¡qué va! Después te gustó".
También se le prohíbe al procesado, según 'Efe', acercarse a menos de mil metros a la víctima o comunicarse con ella durante un años después de salir de la cárcel. Se le impone también el pago de una indemnización de 10.000 euros a la joven.