TRAS LA POLÉMICA CON EL MÁSTER DE CIFUENTES
Varios centros consultados responden. Estos títulos están de actualidad tras el caso del máster de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que investiga la Fiscalía a raíz de la denuncia presentada por asociaciones de estudiantes por las posibles irregularidades cometidas por la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) en sus notas.
La vicerrectora de Docencia de la Universidad Pompeu Fabra, Cristina Gelpí, explica que en el caso de su centro cada máster establece sus condiciones para superarlo, está formado por un conjunto de asignaturas y cada una de ellas tiene un "plan docente" que recoge los objetivos de las materias. En ese plan se detallan "las reglas de juego" para superarlo y, aunque "no hay una fórmula única, por supuesto se garantiza que en todos hay un seguimiento de la actividad que realizan los estudiantes".
La autorización para impartir un máster, indica Gelpí, la realiza en su caso la Dirección General de Universidades y solamente se autorizan los que está previamente verificados, es decir, los que han pasado auditorías internas y externas. "Si le preguntas a cualquier universidad, por lo menos catalana, te dirá que el control de calidad que se exige a un máster es muy alto, porque estamos auditados externamente", sostiene la vicerrectora de Docencia.
Señala que en la Pompeu Fabra, universidad que es de las pocas españolas que suele quedar en puestos relevantes en las listas internacionales, los másteres "no se modifican en función de la persona". Hay unas normas comunes en la universidad y unas específicas de cada máster, pero, insiste, "no hay adaptaciones 'ad hoc' por la situación personal". Subraya que las obligaciones de los estudiantes de másteres de la universidad catalana son las mimas que las de cualquier estudiante del centro, determinadas en la normativa académica publicada y aprobada por el consejo de gobierno.
Asistir a clase, si la enseñanza es presencial; un comportamiento "ético por encima de todo"; la producción y elaboración de los trabajos previstos; en definitiva, "unos derechos y deberes establecidos en cualquier normativa o estatuto, nada raro", indica Gelpí.
Fuentes de la Universidad Autónoma de Madrid afirman que la expedición de cualquier título oficial "se efectúa una vez que el sistema y el gestor del título verifican el cumplimiento de todos los requisitos académicos y administrativos por parte del estudiante, incluyendo, obviamente, el pago de las tasas de expedición del mismo". Asimismo, sostienen que todos los títulos oficiales de la Autónoma "están aprobados antes de su implantación por la Agencia Nacional de Evaluación de Calidad y Acreditación (Aneca), y cada uno de ellos cuenta con una memoria de verificación, que recoge todos los requisitos exigibles".
Las mismas fuentes resaltan que la normativa establecida para conseguir el título se detalla "exhaustivamente" en las guías docentes de cada título, que se encuentran disponibles en la web de la universidad madrileña. Gelpí defiende la calidad de los másteres que se imparten al menos en el sistema universitario catalán. "Todos los que han pasado por un proceso de acreditación y verificación externos son de calidad, porque en eso estamos como sistema universitario catalán todos de acuerdo, ya que no nos hacemos ningún favor si nuestros productos no son buenos", añade.
Según la estadística del informe 'Universidades, centros y titulaciones curso 2017-2018' del Ministerio de Educación, los másteres han pasado a ser 3.540, cuando el pasado año eran 3.772. De ellos, 2.780 son de universidades públicas, y 779 de privadas. Si se compara con el curso anterior, el número de másteres impartidos disminuyó en las universidades públicas (3.015 impartidos en 2016-17) y aumentó ligeramente en las privadas (776 impartidos en 2016-2017).