Volcán de La Palma
La densidad de la lava aumenta el tamaño de la colada del volcán y el Cumbre Vieja dejará una 'cicatriz' sobre el terreno que dividirá a la isla en dos.
Las consecuencias que trae consigo la erupción del volcán Cumbre Vieja en La Palma son (y serán) visibles tanto a corto como a largo plazo. La modificación de la geografía de la zona es una de ellas y ya se percibe que, inevitablemente, la isla acabará dividida por la mitad.
La lava no deja de salir y, mientras continúa engullendo y destrozando los pueblos a su paso, la colada empieza a ralentizarse. Eso conlleva a que se acumulen más restos hora tras hora. Al ser el magma más denso, por tanto también más lento, se está formando una 'muralla' que alcanza ya los 11 metros de altura que será la nueva 'cicatriz natural' del paisaje de La Palma.
De seguir a este paso, es probable que su tamaño siga aumentando. No obstante, se espera que la lengua de lava que arrasa actualmente el pueblo de Todoque, termine desembocando en el mar- aunque ya no es tan probable como hace unos días, cuando el magma se abría paso a mayor velocidad.
Pueblos incomunicados por la 'cicatriz' del Cumbre Vieja
Este muro, además de dividir a la isla, dejará incomunicados a varios municipios de la zona. Literalmente, encerrados. Por ese motivo, en un intento casi a la desesperada, los bomberos de La Palma han tratado de canalizar la colada del volcán hasta un barranco. Pretenden así salvar, como se pueda, lo que queda de Todoque y los barrios de alrededor.
Asimismo, ya hay otros pueblos y terrenos que, cuando la lava solidifique, acabarán no solo incomunicados, sino inhabitables. Con más de 150 hectáreas arrasadas - y más que se esperan a medida de avanza el magma-, la aparición de nuevas elevaciones del terreno y/o montes es inevitable y, además, impredecible, por lo que aún no se puede concretar con exactitud el futuro de la geografía de La Palma.
Para pasar de un lado a otro (centro-sur de la isla) será, sin duda, complicado. Para sortear la lava, actualmente, ya hay que dar un rodeo de aproximadamente 2 horas cuando antes no se tardaba más de unos minutos en llegar a ciertos puntos. Por ese motivo, la reconstrucción de la comunicación entre ambos puntos es una labor que deberá ponerse en marcha en el momento en el que el Cumbre Vieja ponga punto y final a su despertar.