Huella de carbono
El medio ambiente está en peligro y es momento de actuar. Mandatarios de todo el mundo se han congregado en la Cumbre del Clima de Madrid, COP25, para debatir sobre el futuro del planeta.
Los ciudadanos también tenemos la posibilidad de poner nuestro granito de arena y reducir la huella de carbono con algo tan sencillo como nuestra cesta de la compra.
Seleccionar correctamente los productos que vamos a comprar es muy importante. Cómo llenamos nuestra cesta tendrá unas consecuencias directas en el medio ambiente y en la huella de carbono que generamos.
Un estudio publicado en The Lancet, "Alimentos, planeta y salud,' revela que los sistemas de producción de alimentos provocan entre el 25% y 30% de gases de efecto invernadero. Sin embargo, debemos tener claro que no todas las cestas de la compra tienen el mismo impacto ambiental.
Elegir bien es fundamental. Si comparamos, por ejemplo, el plátano cultivado en Canarias y la banana, responsables consultados de Plátano de Canarias afirman que el plátano tiene un bajo impacto ambiental, inferior al de la banana. Este es uno de los motivos por el que, desde 2013, Plátano de Canarias cuenta con la certificación de su huella de carbono 'de cuna a tumba'. Este certificado asegura una baja huella de carbono desde su producción hasta su distribución y venta en la Península Ibérica.
Esther Domíguez, responsable del Departamento Técnico de Asprocan (Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias), argumenta cómo logran mantener bajos niveles de emisiones de su producción, esto se debe a que "utilizan materia orgánica, que fija el carbono en el suelo y con ello, la huella de carbono es mucho menor".
Huella de Carbono de 'cuna a tumba'
Domínguez comenta que ese uso tan reducido de plaguicidas les permite desarrollar un producto de calidad y sostenible que les llevado a conseguir la certificación 'de cuna a tumba'. "Esta certificación avala que el plátano es totalmente sostenible desde que se cultiva la planta hasta que se come la fruta en casa", asevera. Otro punto clave que garantiza la sostenibilidad del Plátano de Canarias es el tiempo que tarda desde que se corta de la planta hasta que llega a la mesa del consumidor. "El proceso desde que el plátano se corta, se distribuye y llega a la mesa es de 15 días, frente a otras frutas. La banana tarda como mínimo 20 días", comenta.
Todo este cuidado proceso apuesta por una reducción de la cantidad de plásticos necesarios para conservar el producto. De hecho, Domínguez recuerda que los plátanos salen de Canarias en las cajas y que es una vez en la Península donde, en caso de solicitud por parte de las cadenas de distribución, hay casos en los que se añade un envoltorio aunque el 80% del plátano se vende "a granel", sin nada.
Es importante que el consumidor sepa el impacto ambiental que tiene sus decisiones de compra para ser un comprador responsable y no contribuir al cambio climático.