Otoño 2020
Con la llegada del equinoccio de otoño vuelven a nuestro país las bajas temperaturas y el aumento de la humedad relativa. Debido a estas condiciones meteorológicas pueden llegar a darse más casos de covid-19, aumentando el número de rebrotes de personas afectadas por el coronavirus.
Investigadores de la Universidad de Nápoles publicaron un artículo en la revista “Environmental Research and Public Health” donde concluyeron que el coronavirus tiene mayor tasa de propagación con temperaturas bajas. Estos investigadores anunciaron que la letalidad del virus que provoca la covid-19 empeora cuando la temperatura media oscila entre 4 y 12 grados y la humedad relativa entre el 60 y 80 %.
Tras un verano en el que descendió la curva de contagios, la llegada del otoño, en pleno repunte de casos, hace presagiar que todavía habrá una mayor cantidad de rebrotes. Durante esta estación, en España se dan condiciones térmicas óptimas para su transmisión por lo que científicos de todo el mundo ya han dado aviso para extremar las medidas de prevención.
Extremar las medidas de protección es la clave
Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) ha afirmado que con la llegada del otoño se prevé aumentar el número de PCR a realizar. La mayor virulencia de la estación lleva al Gobierno y a las diferentes comunidades autónomas a llevar a cabo un mayor número de test en busca de personas asintomáticas y pacientes sospechosos.
Simón también comentó que la incidencia de la gripe será mucho menor este otoño debido al uso de mascarillas. Con todo se pide a los ciudadanos que lleven a cabo todas las medidas de protección disponibles (lavado de manos, distancia de seguridad y mascarilla correctamente colocada) dado que esta es la forma más viable de mantener a raya el número de contagios.
La segunda ola se desarrollará en un escenario diferente
Desde la aparición de los primeros casos, la información que se dispone sobre el coronavirus y la covid ha aumentado en gran medida. Se han realizado miles de estudios epidemiológicos y serológicos para conocer más de cerca el problema y desarrollar una vacuna que ayude a vencerlo.
Además, ante una presumible segunda ola en otoño, los gobiernos de todos los países barajan más información para poder limitar daños. Y aunque es cierto que el virus ha sufrido varias mutaciones y que es posible que tenga mayor capacidad de contagio que hace unos meses, la preparación de los profesionales sanitarios y los tratamientos empleados han mejorado mucho desde marzo.
La esperanza pasa por la detección temprana
Según un estudio recogido por la revista “Nature Human Behaviour”, la forma más efectiva para contener nuevas oleadas pasa aumentar la detección temprana de al menos la mitad de los casos sintomáticos en un plazo de dos días. De esta forma sería posible rastrear con mayor velocidad a entre un 20% y un 40% de sus contactos, lo que reduciría además la saturación de los sistemas sanitarios.
En resumen, el inicio del otoño abre nuevos interrogantes sobre la evolución del coronavirus y su impacto en la población. El aumento de test de detección y de los rastreadores, así como seguir cumpliendo con las medidas de higiene sanitaria de uso de mascarillas, distancia social e higiene de manos serán clave para frenar una segunda ola.