Galicia
En Lugo ha empezado el juicio por el caso más antiguo que permanece abierto en España: un atraco a un supermercado en el que murieron tiroteados dos empleados. Han pasado 29 años hasta que un sospechoso se ha sentado en el banquillo.
Este lunes ha comenzado el juicio del doble asesinato de O Ceao, en Lugo. Lo ha hecho casi 30 años después de que ocurrieran los hechos, con la apertura del juicio oral contra el único acusado de este crimen. Una vista que se basa en el sumario judicial en abierto y en trámite más antiguo del país -de hecho estuvo a punto de prescribir-.
El acusado, Manuel Juan Vilariño, ha entrado a la Audiencia Provincial de Lugo con la cara prácticamente tapada con gorro y mascarilla, se ha negado a responder a los letrados de la acusación y solo ha contestado a las cuestiones formuladas por el fiscal y por su letrada. Ha reconocido que iba al Cash Record "casi todas las semanas" a comprar alcohol para el local que regentaba en la Rúa Nova y que, por lo tanto, conocía a las víctimas, Elena y Esteban. En esta línea, ha apuntado que "no conocía el nombre de los fallecidos" y tampoco "sus horarios o cuando era la recaudación" y ha precisado que, tras el crimen, "siguió yendo al establecimiento" y de lo ocurrido "se enteró por la prensa". También ha negado haber tenido altercados con la cajera por no querer pagar sus compras.
En su relato, el acusado ha señalado que en 1993 entró en prisión por tráfico de drogas y armas y que allí conoció a dos toxicómanos que le ofrecieron vender droga en su bar, algo a lo que accedió. De este modo, ha apuntado que a estas dos personas "las cogieron con droga y se inventaron lo de Cash Record para beneficiarse". Además, ha apuntado que "no llegaron a ir ni al calabozo".
La segunda llamada a declarar en esta primera jornada ha sido la hermana de la fallecida, María Isabel López, que el día de los hechos acudió, "como era habitual", a recoger a su hermana al trabajo, en torno a las 20:00 horas, acompañada de sus dos sobrinos de cuatro y seis años.
En su relato, López ha apuntado que estuvo "tocando el claxon", pero que Elena "no daba salido" y cuando se acercó al local vio "todo apagado, salvo una pequeña luz y había música puesta", algo que "no era habitual". Así, ha señalado que dejó a las niños con su madre y volvió al Cash Record con su padre y su marido, donde encontraron los cadáveres, y que posteriormente entró su marido "que les tomó el pulso". También ha recordado que la relación del acusado con su hermana "era cliente habitual, de confianza" y que Elena "llegó a recomendarle a mi padre para que le hiciese una reparación en el bar".
En la sala de vistas, también se escuchó durante esta jornada, la declaración del marido de la víctima que apuntó no conocer al acusado antes de los hechos; el encargado -por aquel entonces- del Cash Record, así como un vigilante de seguridad del polígono lucense.
Un crimen ocurrido hace casi 3 décadas
Era la noche del 30 de abril de 1994 cuando Isabel, preocupada por la tardanza en regresar a casa de su hermana Elena, se desplazó hasta el Cash Record del Polígono de O Ceao de Lugo para descubrir que tanto ella como Esteban, un reponedor, los únicos trabajadores del establecimiento a la hora del cierre, habían sido asesinados a tiros en el transcurso de un robo.
La investigación inicial poco pudo determinar del autor o autores del crimen en su momento, salvo que el ataque se produjo en el momento del cierre del establecimiento y que las víctimas abrieron la puerta a una persona que no parecía suponer una amenaza para ellos, por lo que sus familias siempre creyeron que era alguien conocido.