En Madrid

Comienza la demolición de la capilla de la vidente de El Escorial

La mujer, conocida como la vidente de El Escorial, decía que hablaba con la Virgen. Muchos de sus seguidores acabaron denunciándola por estafa.

Las obras de demolición de la capilla construida por la vidente Luz Amparo Cuevas en El Escorial (Madrid) han comenzado este jueves por orden del Ayuntamiento de la localidad.

El Ayuntamiento ha ejecutado así la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de octubre de 2017, que ratificó la ilegalidad de la infraestructura levantada por la conocida como 'la vidente de El Escorial'.

Además de la capilla, en la finca Prado Nuevo de El Escorial se encuentra la tumba de la vidente, y hasta el momento no se ha confirmado qué se hará con ella.

El presidente de la Asociación de Víctimas de las Supuestas Apariciones de El Escorial, Juan Carlos Bueno, ha informado que, según la información de la que dispone, "van a retirar el sarcófago durante la demolición de la capilla para que no sufra ningún daño", aunque, sin embargo, no sabe "qué van a hacer con él".

El presidente de esta asociación lleva 15 años sin ver a su hermano porque está internado en una de las residencias que creó Amparo Cuevas, y lleva años pidiendo que se derribe esta infraestructura y que se retiren los fondos estatales con los que se sustentan estas residencias.

La historia de Amparo Cuevas

Desde los años 80, la supuesta vidente empezó a atraer a cientos de fieles en el Escorial. Más de 300 veces aseguró que se le había aparecido la Virgen.

Entre el gran fervor de algunos, otros vecinos empiezan a tachar a la organización de secta. Les acusan de amasar una fortuna de hasta 300 millones de euros de las donaciones de sus seguidores.

La Iglesia no reconoció como auténticas estas apariciones, aunque ocho años después de la muerte de Amparo Cuevas, muchos de sus seguidores siguen yendo a la capilla que ella mandó construir.

"Venimos a rezar el rosario y nos ha sorprendido la decisión judicial", dice uno de los fieles. Están indignados con la orden del juez de derribar el edificio.

Mientras, la asociación de víctimas creen que la organización "seguirá interactuando ilegalmente".

Con la capilla abajo, seguirán su lucha judicial para intentar demostrar que tras esta aparente actividad religiosa se enconde una secta.

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