Juicio en Madrid
La Fiscalía pedía para cada uno de ellos 20 años de prisión por secuestrar al empresario en su domicilio, torturarle y robarle, aunque no lograron su objetivo de conseguir 25 millones de euros en bitcoins.
Eran cuatro asaltantes y se hacían llamar entre ellos como número uno, número dos, número tres y número cuatro. "Me dijeron que, o salían con los bitcoins o yo salía descuartizado en una bolsa", narró casi un año después del asalto la víctima, Zaryn Dentzel, a Antena 3 Noticias. Dentzel, californiano de 40 años y residente en Madrid, era el creador de la aplicación española Tuenti y fue su presidente hasta 2015. El 2 de noviembre de 2021 cuatro encapuchados asaltaron su vivienda en busca de un botín millonario, 25 millones de euros en bitcoins.
Los cuatro presuntos implicados, tres hombres y una mujer, se han setando este martes en el banquillo de la Audiencia Provincial de Madrid. Estaban acusados de pertenencia a organización criminal, secuestro, robo con violencia e intimidación, dos delitos leves de lesiones y un delito continuado de estafa. La Fiscalía pedía para cada uno de ellos 20 años de prisión, pero un acuerdo con las defensas ha evitado el juicio. Han aceptado una condena de nueve años de prisión. Fue tal el miedo que provocaron en su víctima durante las cuatro horas de secuestro, que Dentzel estuvo casi un año sin dormir en su domicilio hasta que los supuestos responsables fueron detenidos en octubre de 2022.
Los cuatro acusados "se concertaron para obtener de forma ilícita 500 bitcoins equivalentes a 25 millones de euros" que el empresario guardaba en su monedero digital, según el escrito de acusación de la Fiscalía. "Me dijeron que habían venido a matarme, - contó Dentzel a Antena 3 Noticias-. Después de un rato cogieron las esposas de metal, me ataron en el sillón y me taparon la cabeza".
Para conseguir entrar en la vivienda, los cuatro acusados mandaron varios mensajes al móvil de la víctima "en los que fingían ser amiga de una amiga suya, para lograr concretar una cita con él ese mismo día y así acceder al interior de su vivienda", detalla la Fiscalía. Tras esto, acudieron al domicilio y mientras la única mujer procesada llamaba al videoportero, sus tres compinches permanecían escondidos. Tras abrir la puerta, entraron todos golpeando al empresario, le rociaron los ojos con gas pimienta, le taparon la boca, le colocaron unas esposas metálicas por la espalda, "le tiraron al suelo y le envolvieron en una alfombra para luego trasladarle al dormitorio", añade el escrito. También agredieron a un técnico de instalación de calefacción que estaba en ese momento en la casa.
Los asaltantes exigieron a Dentzel "bajo amenaza de muerte la entrega del móvil y la tablet" para acceder al contenido de su monedero digital en busca de esos bitcoins. El empresario les dio incluso la clave de acceso "al estar seguro que si no lo hacía le iban a matar tras recibir varias descargas eléctricas con una pistola Taser", añade la Fiscalía. "Con un cuchillo le hicieron un corte rectilíneo desde el pecho al ombligo y le colocaron plásticos en los pies diciéndole que le iban a descuartizar", sigue el escrito.
Los delincuentes no lograron acceder al monedero digital ya que era una operación que su víctima no podía realizar solo, sino que tenía que hacerla de forma simultánea con su gestor. Las coacciones continuaron. "Le amenazaron con montarle en una furgoneta de carnicero que tenían en la calle y trasladarle a Toledo, donde le iban a estar durante días descuartizando, hasta poder apoderarse del dinero", sigue narrando el escrito de acusación.
Al no poder acceder a su objetivo inicial, Dentzel terminó dándoles la clave de acceso a su caja fuerte. De su interior se llevaron cinco relojes Rolex de lujo y dos tarjetas bancarias con sus correspondientes pin de acceso. La Fiscalía les reclama ahora una indemnización de 70.000 euros por los objetos sustraídos y los 2.000 euros que sacaron de varios cajeros automáticos con sus tarjetas.
Los asaltantes huyeron y se marcharon a diferentes países. Son originarios de Colombia, Marruecos y Brasil. Sólo cuando los cuatro coincidieron de nuevo en España la Policía actuó y los detuvo. Fue la operación Santa Bárbara, el 19 de octubre de 2022, casi un año después del robo. Desde entonces permanecen en prisión provisional. Con el acuerdo al que han llegado hoy Fiscalía y defensas, los acusados han aceptado una pena de prisión de nueve años. Se les condena por detención ilegal, en lugar de secuestro, se acepta la atenuante de reparación del daño por haber abonado ya parte de lo reclamado, y se ha eliminado el delito de estafa continuada. De momento seguirán en prisión.
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