EL CONDUCTOR RESULTÓ ILESO
La imagen de un coche empotrado contra una vivienda se ha vuelto a repetir y, otra vez, ha sido en Galicia. El coche siniestrado descansaba apoyado sobre su morro destrozado por el impacto, justo al lado de la entrada a una vivienda.
Se trata de un seat León que era conducido por un joven de 22 años que circulaba por la N-554 cuando perdió el control sin que todavía se sepan las causas. Se salió de la carretera, salió despedido y quedó en esa posición. El joven, según las marcas que el vehículo dejó en la calzada, frenó bruscamente para tratar de evitar el siniestro.
El joven salió ileso del accidente, tan sólo con dolores en una rodilla. No hubo más daños personales aunque los vecinos de la zona sí se llevaron un buen susto.