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Discusión

Un cliente y el dueño del bar se enfrentan por la falta de aire acondicionado: "Sentimos que haya sido una tortura"

Una crítica constructiva desencadena un acalorado debate sobre el confort térmico en la hostelería. Todo empezó por una reseña en Google.

La bomba de calor del aire acondicionadoFreepik

Este verano está siendo muy caluroso en España, y la ciudad de malagueña de Antequera no es una excepción. En este contexto, un incidente en un restaurante local ha desatado un debate sobre la importancia del confort térmico en los establecimientos hosteleros y la forma de manejar las críticas de los clientes.

Todo comenzó cuando un cliente, tras disfrutar de una comida con su familia en un restaurante de la ciudad, decidió dejar una reseña en Google. En ella elogiaba tanto la comida como el servicio, otorgándoles la máxima puntuación. Sin embargo, quiso hacer una "crítica constructiva" sobre la falta de aire acondicionado en el local.

Un comentario que enciende la polémica

"Ha sido una tortura comer ahí. Incluso con los ventiladores no se podía estar. Espero que lo solucionen pronto. Volveremos en diciembre", escribió el cliente en su reseña. Lo que parecía ser una sugerencia bien intencionada, pronto se convirtió en un detonante de una acalorada discusión.

La respuesta del propietario del restaurante no se hizo esperar y sorprendió por su tono defensivo: "Y llegará diciembre y tendrás frío. Nunca llueve a gusto de todos. Poner un aire acondicionado para 25 días de calor al año, no, lo siento. Es una inversión muy grande para que luego lleguen y digan 'Pues quítalo, que me sienta mal a la garganta'. En julio, calor hace en todos lados. Sentimos que haya sido una tortura, tráete una rebequita".

Esta respuesta lejos de calmar la situación provocó una nueva repuesta del cliente, quien decidió retirar la buena puntuación y reconsiderar su intención de volver al establecimiento. "He intentado hacer una crítica constructiva sugiriendo una mejora, nada más. Fue desagradable comer allí para todo el grupo, 14 personas, incluidos los niños", argumentó el comensal.

El intercambio de mensajes continuó subiendo de tono. "Cuando respondes por Google también es parte del servicio que ofreces, y como no me parece correcta tu respuesta te quito las cinco estrellas en el servicio que te puse en principio y reconsideraré lo de volver en diciembre con mi familia. Suerte", se despedía el cliente.

El propietario, aparentemente molesto, defendió su posición alegando la experiencia de seis años en el negocio y sugiriendo que el cambio climático no era un problema suyo y negando el fallo del aire: "Por su puesto que cometemos errores, pero este no es el caso” Incluso llegó a insinuar que podría negarse a atender al cliente en futuras ocasiones.

Este incidente ha generado un intenso debate en redes sociales, donde la cuenta de X, @SoyCamarero compartió la conversación, alcanzando más de 27.000 reproducciones y numerosos comentarios.

Muchos usuarios en redes sociales han señalado la necesidad de considerar no solo el bienestar de los clientes, sino también las condiciones laborales de los empleados. "El estrés térmico es un riesgo contra el que hay que aplicar medidas correctoras", comentaba un usuario.

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