LA TECNOLOGÍA, CLAVE PARA EVITAR ACCIDENTES

Las claves para que no vuelva a ocurrir un accidente como el de Los Rodeos

La investigación que se abrió tras el accidente del aeropuerto Los Rodeos, que dejó 583 muertos, estableció que la causa fue un error humano del comandante del aparato de KLM, que inició el despegue sin autorización de la torre de control debido a un error en las comunicaciones. Hoy en día, la tecnología ha avanzado lo suficiente como para que este tipo de fallos puedan evitarse.

La modificación de los términos usados en las comunicaciones entre el personal de cabina de los aviones y la torre de control, la mejora del trabajo en equipo, los avances tecnológicos y el desarrollo de los radares han sido los mayores cambios en materia de seguridad tras el accidente del aeropuerto Los Rodeos.

El choque de dos Boeing 747 -uno de la aerolínea holandesa KLM y otro de la estadounidense Pan Am- en las maniobras de despegue provocó la muerte de 583 personas el 27 de marzo de 1977 en el aeropuerto tinerfeño. La investigación del siniestro estableció que la causa fue un error humano del comandante del aparato de KLM, que inició la maniobra de despegue sin autorización de la torre de control por un error en las comunicaciones.

A este fallo se unió la baja visibilidad en la pista de despegue por la niebla, la falta de un sistema eficiente de iluminación en la pista, la inexistencia de un radar de superficie y la congestión de tráfico que sufrió el aeropuerto debido al desvío de vuelos desde Las Palmas por el estallido de una bomba.

El secretario nacional de Formación de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), José Puga, ha explicado que el cambio en la seguridad aérea desde el accidente ha sido "brutal" gracias a la innovación tecnológica.

Para Puga, el cambio más importante ha sido la modificación en la fraseología entre pilotos y controladores para evitar malentendidos en las comunicaciones como ocurrió en Los Rodeos, cuando el copiloto avisó del despegue y la torre de control interpretó que sólo se estaba preparando para hacerlo pero no se disponía a despegar al no haberle dado la autorización expresa.

"Anteriormente se utilizaba el término "take-off" (despegar) para varias órdenes, entre ellas las de despegue. Esto se prohibió y ahora no debe usarse (ese término) excepto en el momento en el que se recibe autorización para despegar", ha señalado Puga.

El secretario del Colegio Oficial de Pilotos de Aviación Comercial (Copac), Borja Díaz Capelli, ha explicado que, con un sistema reciente como Datalink, que permite que las comunicaciones entre el piloto y el controlador aparezcan por escrito en una pantalla, se hubiesen evitado los fallos en las comunicaciones.

A esto se suma que desde 2008 los pilotos tienen que acreditar un nivel de inglés obligatorio (idioma universal de comunicaciones en la aviación) que hay que renovar periódicamente. "Antes, tenías el carné de radiotelefonista internacional, y las comunicaciones dependían del nivel de inglés del controlador y el piloto y el ruido externo. Incluso se podía llevar un operador de radio en cabina", ha añadido Díaz.

Otro de los elementos que más modificaciones ha sufrido para Díaz es el factor humano. "Se mejoró en conocimientos y ejercicios, se empezó a trabajar dentro de la cabina como un equipo, en lugar de una jerarquía militar, cada uno con su función, siendo la última autoridad del vuelo siempre el comandante", ha explicado.

Además, las compañías cuentan con departamentos para la fatiga, encargados de controlar los niveles de cansancio en los pilotos. Díaz ha admitido, no obstante, que otro accidente de similares circunstancias no es "inviable" porque el "error cero no existe". "La seguridad en la aviación tiene barreras que a veces tienen pequeños agujeros, como el queso de Gruyére, que en ocasiones coinciden juntos y es ahí por donde se cuela el accidente. Pero a medida que pasa el tiempo las barreras que tenemos son mayores y los agujeros más pequeños", ha puntualizado Puga. "En los años en los que ocurrió la tragedia de Los Rodeos aprendíamos a base de accidentes, ahora intentamos anticiparlos", ha señalado Díaz.

Según Puga, la actuación de los controladores de Tenerife fue "correcta" y el error más grave lo cometió el piloto al despegar sin autorización. La intervención de los controladores "no cambiaría mucho" hoy en día ante una situación como aquella, ya que hicieron su trabajo de forma "correcta" y dos personas, que eran las que se encontraban en ese momento en la torre de control, son "suficientes", ha recalcado.

Más sobre este tema: