Campus universitario
El precio en aumento de la vivienda en las grandes ciudades empuja a muchos jóvenes a buscar otros lugares más asequibles para estudiar en la universidad, lo que favorece a localidades como Ávila.
En España hay 2 millones de estudiantes universitarios. Hasta hace poco, las facultades se concentraban en las grandes capitales de nuestro país, pero algo está cambiando. Estudiar sale cada vez más caro. Los estudiantes en ciudades como Madrid o Barcelona llegan a pagar hasta 900 euros por una habitación. A eso, además, hay que sumarle luego los gastos de luz, agua, gas o internet. Y, por supuesto, hay que llenar la nevera. ¿Qué está pasando con este escenario? Dos cosas: que vuelven las residencias y, por otro lado, que están proliferado las universidades en localidades más pequeñas donde la vida es mucho más asequible.
Muchos de los 83 campus que existen en nuestro país ya se encuentran en poblaciones de menos de 100.000 habitantes. "A lo que puedo llegar actualmente es a un piso compartido y Ávila me ofrece esa independencia que es un poco lo que queremos los jóvenes, tener esa independencia al elegir vivienda y que creo que Madrid actualmente, pues no tiene esa oferta", comenta Carmen, que estudia Agrónomos en la Ávila. "Una de las mayores ventajas es que al ser una ciudad pequeña tienes mucho más contacto con tus profesores con tus compañeros y eso ayuda al que proceso formador sea más fácil y más llevadero" nos comenta otro estudiante.
Una opción que no sólo atrae a los españoles. "De muchas partes de Latinoamérica... de Colombia, de Ecuador, de Perú. Luego, también de Europa vienen bastantes alumnos de fuera, de Inglaterra y de Francia hemos conocido muchos... también de Italia", afirma otro joven.
"Hay una proximidad entre los servicios esenciales, lo que permite que puedas ir a pie prácticamente a todos los puntos de la ciudad, y con ello creo que contribuimos a que la ciudad sea más sostenible", asegura Lourdes Miguel Sáez, decana de Ciencias Sociales de la Universidad Católica de Ávila.
En los últimos años, cada vez más localidades pequeñas y medianas se postulan como destinos universitarios. Es el caso de Ávila, pero hay más ejemplos en nuestro país. Ofrecen comida, alojamiento y ocio a precios mucho más accesibles que las grandes capitales. Pero ante todo lo que ofrecen es mayor calidad de vida.
"Bueno, pues la verdad es que todo le viene bien a la ciudad, porque los estudiantes vienen a estudiar, pero siempre son visitados por sus padres, amigos y familiares y al final siempre a los restaurantes, bares, hoteles y demás pues siempre les salpica algo", afirma Hilario, propietario de un conocido restaurante al pie de la Muralla.
Una dinámica que puede salvar a muchas de nuestras ciudades de un mal de nuestra época: el envejecimiento. Jóvenes en la España vaciada para combatir el envejecimiento poblacional.