NUEVO RÉCORD GUINNESS
Jabugo, la localidad que se ha hecho famosa en el mundo entero por dar nombre al jamón de pata negra, se ha convertido en un gran comedor al aire libre, donde más de cinco mil personas han batido un récord al degustar el cocido más grande del mundo. Ha sido la novena edición de una iniciativa que cada dos años va ganando público y que aspira a mantenerse en el Libro Guinness como el más grande de todos los cocidos.
La cita ha vuelto a tener como epicentro los más de 6.000 metros cuadrados del campo de fútbol municipal, donde se ha dispuesto una entrada de seis euros para los adultos y de tres para los menores, lo que daba derecho a todos los platos de cocido que el consumidor quisiera y tres bebidas, así como a la posibilidad de llevarse a casa lo que sobrase, siempre que fuese provisto de las oportunas fiambreras.
El cocido llevaba 525 kilos de garbanzos, 190 de patatas, 150 de calabaza, 125 de tocino viejo, casi 500 kilos de carne, un chorizo de 60 kilos y una morcilla del mismo peso, ambos de 30 metros y una sola pieza, y, por último, un cochino de 230 kilos entero. Todo ello ha sido acompañado por unos 600 kilos de pan.
La recaudación irá destinada a las distintas obras sociales que se llevan a cabo en el mismo municipio, en el corazón de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Se trata de una cita que se repite cada dos años en el mes de marzo, y que en su primera edición congregó a 1.600 personas, número que ha ido incrementándose en años posteriores, hasta los cinco mil.
El secreto del éxito de este plato, a pesar de su magnitud, lo sitúan los organizadores en la elaboración de forma tradicional, ya que se cocina a fuego lento con leña de encina. El origen de esta iniciativa se sitúa en 1998, cuando regalaron a Manuel Ángel Ductor, que entonces regentaba la Bodega Restaurante Jabugo, una calabaza de casi 50 kilos y en broma sus clientes y amigos comentaban que había que hacer un gran cocido.
Aquel año prepararon un cocido para unas 1.500 personas pero se vieron totalmente desbordados, ya que al evento acudieron casi todos los vecinos y mucha gente de muy diversa procedencia, quedándose muchos de los visitantes sin poder entrar a la Plaza de Toros, primer lugar en el que se desarrolló esta multitudinaria actividad. El éxito que tuvo en su primera edición animó a los organizadores a dar continuidad a la idea, y se decidió para ello organizarlo los años pares.
Desde el primer año contó con la presencia de un notario para dar fe que el cocido era el más grande del mundo al objeto de que fuera incluido en el libro Guinness.