INTRUSISMO LABORAL
Ya sea en la playa o en la calle, uno puede disfrutar de un masaje por tan sólo cinco euros. Los masajes los dan ciudadanos chinos que, a pesar de carecer de títulos oficiales, se anuncian como capaces de arreglar imperfecciones musculares, sin si quiera conocer el historial clínico de su paciente.
Por su parte, los fisioterapeutas alertan de posibles riesgos, ya que no consideran que las sillas de playa sean la base adecuada para un tratamiento de estas características, además de la falta de higiene que se constata. A ello se añade la tensión del masajista por no ser pillado por la policía, lo que empeora notablemente su trabajo.