TIENE 20 HECTÁREAS
Este pionero centro de 20 hectáreas en la sierra de Salinas (en la confluencia de Alicante, Murcia y Albacete) es de la Fundación internacional AAP Primadomus y hoy rehabilita a 16 grandes felinos que proceden, directa o indirectamente, de su explotación en un circo para un entretenimiento mal entendido.
Se trata de tigres, leones y leopardos (dos de ellos de la variedad melánica oscura, popularmente llamados panteras) abandonados o incautados por las policías de Francia, Bélgica y España (muchos por el Seprona de la Guardia Civil) en operaciones contra el maltrato de animales, y dirigidos a Villena para su recuperación y rehabilitación.
La idea es que, tras un periodo medio de tres años, el animal deje atrás una existencia "miserable" y recupere hasta donde se pueda su naturaleza física para estar en condiciones de ser reubicado en un centro zoológico europeo en adecuadas condiciones, ha explicado en declaraciones la directora del centro, Pilar Jornet.
Seis de los felinos que tienen hoy han llegado directamente de circos y los otros estaban en manos privadas pero relacionados con espectáculos muchas veces "aberrantes", algunos incluso como reclamo para fotografías. Es el caso de Maoni, una leopardo de color crema de Francia a la que su dueño utilizaba para 'shows' de magia en circos, para lo cual le había arrancado las uñas y amputado la última falange de los dedos para que no le arañara.
"La primera vez que soltamos a Reza y Aya al exterior no se atrevían a pisar el monte"
Esta mutilación no es menor para Maoni ya que, de por vida, le impedirá relacionarse con otros congéneres al no poder defenderse y también le privará de otros comportamientos instintivos que necesita para desarrollar su personalidad, como "marcar el territorio".
Además, la falta de actividad física hizo que Maoni llegara obesa, lo mismo que dos tigres hallados enjaulados en el jardín de un chalet de Guardamar del Segura (Alicante): Drac y Bianca, cuyos padres habían sido animales de circo. Ambos padecen una acusada debilidad muscular, sobre todo en los cuartos traseros, a lo que se suma que los veterinarios de AAP Primadomus le tuvieron que extirpar a Drac el ojo derecho por ceguera total mientras que el izquierdo lo tiene casi blanco por cataratas.
En el recinto se recuperan una pareja de leones, Reza y Aya, llegados junto a dos tigres recientemente reubicados (Radja y Kai) de un circo de Francia que quebró, y tras permanecer semiabandonados dentro de unos carromatos de 12 metros cuadrados en un descampado durante 13 años.
"La primera vez que soltamos a Reza y Aya al exterior (dentro del centro de Villena) no se atrevían a pisar el monte porque lo único que conocían era el cemento. Parecía que se desequilibraban y temblaban", ha relatado Jornet sobre estos animales exóticos y salvajes que, bien en el circo o en una finca particular, son obligados a despreciar sus instintos para convertirse en un mero espectáculo.
"La vida itinerante en un carromato de circo nunca puede cubrir las necesidades de estos animales", según Jornet, "ni proporciona una vida digna", además de que no puede cubrir las necesidades sanitarias y de seguridad para el personal del circo y del público. Ha sostenido que "los animales no deberían ser usados para entretenimiento: hay muchas otras formas de ocio", a lo que se suma que el circo "no ofrece una visión científica de los animales sino comportamientos artificiales que provocan una imagen distorsionada".
AAP Primadomus forma parte de la plataforma Infocircos, que trabaja para que no haya animales salvajes en espectáculos de entretenimiento, una iniciativa ya en vigor en Cataluña y que está a punto de aprobarse en la Comunitat Valenciana, mientras que otras autonomías ya han dado pasos en este sentido, como Castilla-La Mancha, Extremadura y Galicia.