Galicia
El dueño ofrece ingresos superiores a los de un trabajo equivalente, alojamiento propio en el establecimiento, flexibilidad y formación en aquellas funciones en las que la persona no tenga tanta experiencia.
"El rural está muy vivo aunque no lo parezca". Son las primeras palabras que dice Pedro Álvarez, el 'alma mater' de la Casa Quiñones, una casa rural que está situada en Navia de Suarna, en plena montaña de Lugo. A día de hoy, Pedro busca una persona que actúe como gerente del complejo para poder reabrirlo -espera que sea en el mes de julio- y así poder complementar su trabajo en el sector energético con el alojamiento.
"Busco una persona que quiera llevar este proyecto de agroturismo. Que le guste el rural y la montaña. Tiene que tener algo de formación en turismo, ya que entre sus funciones estaría la promoción del establecimiento para captar huéspedes o la recepción de clientes", explica Álvarez.
"Es un estilo de vida. No es un un hotel de ciudad o de playa donde tienes otras opciones de ocio. Te tiene que gustar"
A cambio, el dueño ofrece ingresos superiores a los de un trabajo equivalente, alojamiento propio en el establecimiento -en el caso de ser una pareja o una familia, se prestaría ayuda para que se instalen en la zona-, flexibilidad y formación en aquellas funciones en las que la persona no tenga tanta experiencia. "Es un estilo de vida. No es un un hotel de ciudad o de playa donde tienes otras opciones de ocio. Te tiene que gustar", apunta Pedro.
Desde que ha publicado este martes la oferta, son muchas las personas que se han mostrado interesadas: "No me para de sonar el teléfono. Estoy seguro de que va a aparecer la persona indicada", añade.
De grandes ciudades a la montaña de Lugo
"Viví siempre en ciudades grandes por todo el mundo y decidí volver porque estaba cansado de esa vida. Tras buscar mucho, encontré esta casa. La adquirí y la rehabilité. Aquí abrí un espacio de 'coworking' con fibra óptica para facilitar el trabajo. Además, instalé mi oficina", comenta Pedro.
El complejo cuenta con seis espacios: unos apartamentos y una habitación que se encuentra en el interior de un hórreo reacondicionado. Además, cuenta con una pequeña huerta ecológica con animales para el autoconsumo propio. Todo un ejemplo de emprendimiento en medio de la España vaciada.