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La carta de un profesor tras la aparición del 'Fidger Spinner': "Es la generación del no permitir que el niño se aburra un instante"

Las nuevas generaciones nacen prácticamente sabiendo utilizar las nuevas tecnologías y siempre cuentan con un entretenimiento. El último, el ya conocido 'Fidger Spinner', un juguete que ha motivado la crítica de un profesor a la sobreestimulación que reciben los más pequeños.

El nuevo juego que triunfa entre niños y adolescentes es como una peonza de 5 centímetros que gira entre los dedos. Se trata del 'Fidger Spinner', un aparato que solo sirve para hacer trucos con él, pero se ha puesto de moda y ha causado furor entre los más jóvenes. Sin embargo, su uso ya se ha prohibido en algunos institutos de Estados Unidos y como la tendencia ya ha llegado a España, ya han saltado las voces de algunos profesores que critican este entretenimiento.

Sin embargo, la carta abierta de un profesor a través de Facebook va mucho más allá y pasa de criticar el nuevo juguete estrella a cuestionarse la educación que están recibiendo los más pequeños.

El profesor comienza explicando que el final del curso del año 2017 "pasará a la historia como aquel en el que los maestros intentaron dar clase mientras los niños daban vueltas a su 'spinner', como si de un grupo de desintoxicación de alguna sustancia se tratase".

En su carta explica que se trata de un juguete cuyo objetivo es "calmar la ansiedad en los niños hiperactivos", una explicación que no le convence y que le lleva a ironizar diciendo que "desconocía el que el 100% de mi alumnado de mi centro tuvieran problemas de ansiedad o hiperactividad".

"Con vuestra edad cada vez que me aburría no me ponían ningún 'aparatito' en la mano"

Aunque, lo que sí tiene claro este maestro es que estamos "ante la generación de la sobreestimulación, del no permitir que el niño se aburra un instante, de niños que cuando comen en casa además escuchan música con sus cascos, con la mano libre juegan con el móvil, todo ello frente de la televisión" mientras su madre les pregunta que cómo ha ido el día.

Esto lo considera un "ejercicio de malabarismos mental", aunque el docente tiene sus dudas sobre si esto es bueno para el desarrollo del menor pues cree que estamos nos encontramos generaciones "superdotadas, capaces de disfrutar de la buena música, giros y compases, mientras descubren la mejor forma de pasar al siguiente nivel del juego de turno, a la par que saborean e intuyen que en la comida de ese día había un ingrediente nuevo, mientras con el rabillo del ojo analizan en la tele la situación política del país, todo ello justo antes de elaborar un discurso propio con lo más destacado de lo vivido, sentido y aprendido, durante su mañana en el cole."

"¿De verdad les estamos haciendo algún favor permitiendo que estén a mil cosas a la vez?"

Sin embargo, el profesor no se cree que estos avances supongan algo bueno para los niños, pues algunos de sus alumnos le preguntan que cómo hace para ser tan creativo, a lo que él les contesta "porque con vuestra edad cada vez que me aburría no me ponían ningún 'aparatito' en la mano".

Cuenta en su carta que él era un niño muy nervioso pero que poco a poco comenzó a focalizar ese nerviosismo en otras actividades y subraya que grandes pensadores como Einstein, Newton o Steve Jobs "se concentraban en una única cosa hasta que lo terminaban, simple y llanamente, no se les iba al santo al cielo".

Para finalizar, lanza una pregunta al aire con el objetivo de hacer reflexionar a quienes educan a estas nuevas generaciones: "¿De verdad les estamos haciendo algún favor permitiendo que estén a mil cosas a la vez?" e insta a dejar de "desarrollar el consumismo a costa de desarrollar la mente de las futuras generaciones".

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