OFRECE UNA RECOMPENSA PARA ENCONTRAR AL ASESINO

La carta de un hombre al asesino de sus perros: "Le pedí a Dios que los hiciera eternos pero nadie contaba con un asesino sin escrúpulos"

Los perros de Luciano aparecieron torturados y asesinados dentro de una balsa. Uno de ellos incluso fue descuartizado y sólo se pudieron recuperar algunos pedazos de él. Ahora, su dueño ha escrito una carta a su asesino en la que además ofrece una recompensa para quien le ayude a dar con su identidad.

El dueño de cuatro perros ha denunciado ante el Seprona que sus mascotas fueron torturadas, asesinadas y lanzadas a una balsa en una finca en la localidad alicantina de Muchamiel.

Todo ocurrió, según informa el Diario de Mallorca, en Semana Santa. Fue entonces cuando los propietarios de los animales hallaron a los canes dentro de una balsa de agua con evidentes signos de violencia. Uno de los perros incluso apareció descuartizado y sólo han podido recuperar algunos pedazos de él.

La balsa se encuentra en el interior de una finca cerca de donde viven los propietarios de los animales, quienes al ver que sus perros no volvián tras su paseo diario por el campo y tras varios días esperando su vuelta, salieron a buscarlos. Al entrar en dicha finca, pudieron comprobar cómo los cuerpos de sus perros flotaban en la balsa.

Ahora, tras denunciar los hechos ante el Seprona y pedir ayuda, el dueño de los perros ha escrito en su perfil de Facebook una carta dirigida a la persona que los mató.

En su escrito además asegura que recompensará con 3.000 euros a quien ayuda a dar con la identidad del asesino, cantidad que aumentaría a 6.000 euros si consigue que esa persona entre en prisión.

"Carta a un asesino de perros

Perdí a los perros de mis ojos, ellos que eran todo magia; ahora cuando me despierto en las mañanas ya no los veo en su camita roncar, ya no me despiertan a las tres de la mañana para que lo saque a hacer pipí y beber agua y ya no me mira con sus ojitos y manchitas llorones. Lo extraño mucho.

Hoy recuerdo todas esas noches que se levantaban uno y otro para beber agua, luego volvían y se acercaban a mi cama para asegurarse de que todavía estaba allí antes de regresar a sus camitas y aun cuando eran más jóvenes bricanban conmigo y me abrazaban; yo los amaba y ellos a mí.

Siempre le pedí a Dios que me los hiciera eternos, que no me los quitara nunca, que siempre los dejara conmigo, pero nadie contaba que hay un asesino sin escrúpulos.

Es duro despedirse de mis perros y sin llegar su día de ancianitos, solo tenían tres y cuatro años, eran bebés, ellos me tenían que acompañar durante más de 15 años.

Mis perros me apoyaban cuando más lo necesitaba y bien sabía, porque corrían conmigo y me 'lengüeteaban' toda la cara, me abrazaban me miraban y sin decirme nada me lo decían todo.

Linda, mi ojo derecho, me miró con sus ojitos de amor cuando mi vida era un desastre. Me ayudó a reconstruir mi vida rota cada noche que lloraba.

Siempre me enseñó lo bueno de la vida, nos dio su amor sin importar nada, se quedaba dormida y vigilaba de la gente mala.

Desde que fallecieron mis perros, mis mejores amigos, visito su tumba y me quedo ahí, sentado, fijo viendo sus tumbas durante cinco minutos, triste. Luego grito para que vuelva. Me vuelvo loco cuando veo que sus croquetas están en sus comederos y no se lo come nadie.

Les extraño tanto. Ellos tenían el deber de guardarme a mí, se suponía que tenían que llegar hasta que yo llegara a viejo, pero no así.

Aquí está su cama vacía, mis ojos lo buscan y mi corazón roto, vacío de saber cómo ha sido esa muerte.

Ellos son esa magia, los perros de mis ojos, mis mejores amigos".

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