EL FISCAL PIDE 3 AÑOS Y 6 MESES DE PRISIÓN
El cantante Francisco González Sarriá, popularmente conocido como Francisco, se sentará el 16 de enero en el banquillo de los acusados por una presunta estafa de 80.000 euros, por la que el fiscal pide tres años y seis meses de prisión.
El caso, que será enjuiciado en la sección tercera de la Audiencia de Alicante, está relacionado con la compra de un coche de lujo de la marca Maseratti en 2004 a cambio de 80.000 euros, que el artista no llegó a pagar pese a que, además, lo vendió posteriormente a un tercero, según el relato del fiscal.
El 16 de enero será la segunda fecha del juicio, después de que el pasado julio se aplazara la primera porque el cantante adujo en el último momento que sufría "agorafobia" y que, por los espacios abiertos que hay entre su casa en Valencia y Alicante, no podía asistir.
Sin embargo, poco después se descubrió que días más tarde asistía a una gala televisiva.
Ante esta situación, la sección tercera de la Audiencia decretó el pasado octubre la prisión provisional para Francisco eludible con el pago de 6.000 euros, que el cantante materializó.
Además de los tres años y medio de cárcel, el fiscal pide una multa durante nueve meses con una cuota diaria de 12 euros y una indemnización de 88.400 euros para el denunciante, el constructor Andrés Ballester.
El fiscal señala que, "actuando en todo momento con ánimo de lucro y aparentando solvencia de la que carecía", Francisco suscribió el 1 de enero de 2004 un contrato privado de compraventa para hacerse con un Maseratti, modelo Coupé Cambiocorsa, a cambio de 80.000 euros a pagar en los siguientes seis meses.
Pese a pedirle el dinero en varias ocasiones, Francisco no pagó y se rubricó un nuevo contrato el 7 de septiembre de 2006 en el que se le daba un nuevo plazo de un año para abonar 88.400 euros, pero transcurrido el periodo siguió sin desembolsar la cantidad y, además, vendió el coche a una tercera persona.
Según la defensa, el cantante y el denunciante eran "amigos", y el primero tenía previsto pagar el vehículo mediante las futuras comisiones que recibiría por la venta de viviendas promovidas por Ballester en Altea (Alicante). Sin embargo, pasó el tiempo sin que se materializaran operaciones, y el cantante no pudo hacer frente a la deuda, según esta versión.