Campamentos de verano
Los campamentos de verano se convierten en una divertida alternativa para los más pequeños de casa cuando terminan el colegio.
Empiezan las vacaciones y muchos niños cambian las mochilas del colegio por la de los campamentos. Los padres siguen trabajando pero los hijos ya no van a la escuela.
En esta difícil ecuación aparecen los campamentos de verano como una posible solución. No todos tienen familiares a los que pedir quedarse con los más pequeños de la casa, y ahí es donde los autobuses se llenan de niños cargados de petates con esterillas y gorras.
Ellos parecen contentos, la aventura les espera y los monitores les animan, "aprenden a gestionar sus emociones y su autonomía", afirma Raúl García, ahora es monitor pero desde los 5 años ha ido a campamentos de verano.
Los padres lanzan besos y abrazos a sus pequeños desde una relativa tranquilidad. "Es el tercer año que se va Hugo, le encanta, conoce otros niños, y vuelve muy contento", cuanta Yolanda, una madre que trabaja todo julio al igual que su marido aunque eso sí, asegura que "tienen que ir haciendo una hucha para poder pagar las actividades de verano".
Lo cierto es que el coste de vida ha aumentado y también se refleja en estas salidas. Fundesplai es una fundación en Barcelona que organiza campamentos y talleres en verano, una semana completa en el paraje natural de Vilanova de Sau cuesta 300 euros por niño: "No es carísimo pero sí costoso, sobre todo si tienes 3 hijos, y lo tienes que multiplicar por 3", explica Gloria Pedró, responsable de la campaña verano de la fundación.
Esta organización otorga hasta 8.000 becas a familias vulnerables, lo que supone un 30% más que hace tan solo dos años. Respecto al año pasado y con el incremento de la inflación, la principal diferencia es que han tenido que aumentar la cantidad de dinero de las becas porque había muchas familias que no podían afrontar ese gasto.
Son más de 3 millones y medio de jóvenes entre 8 y 12 años que han empezado en España las vacaciones. Sobre todo las dos primeras semanas de julio son las que más participación demandan ya que son las más complicadas de conciliar en los ambientes familiares.