Inflación
La cafetería coruñesa Jaque Mate sigue cobrando el café a un euro, un precio poco habitual en cualquier establecimiento.
Sergio Sindaco lleva 26 años al frente de la cafetería Jaque Mate, en el pueblo coruñés de Carballo. Su acento no es el único poso italiano que deja en Galicia, de allí trae también el café. Un café "de alta gama", como él mismo lo define, con el que quiere "que los clientes empiecen el día con buen sabor de boca". Y lo hacen. No sólo por esa calidad del café gourmet que sirve, sino también porque, "a pesar de la que está cayendo, seguimos cobrando el café a un euro". Un precio poco habitual ya en cualquier lugar, donde una taza de café cuesta de media 1,20 o 1,30 euros.
"No es fácil aguantar la situación actual, pero tampoco lo es para mis clientes de toda la vida. Por eso yo quiero tener este detalle con ellos", asegura Sergio. Para ello reduce gastos trabajando solo, con todo lo que eso conlleva: "trabajo toda la semana de 7:30 a 23:00. Sólo cierro las tardes de los domingos para dedicarlas a mi familia".
Y cuenta, entre risas, que al contrario de lo que sucede en otros locales, "aquí la gente me pregunta por qué no sube el precio del café". La respuesta es sencilla: "me gratifica que mis clientes sigan siendo fieles; de hecho me compensan siempre dejando propinas", asegura.
Y otra curiosidad de este hostelero italiano: en su establecimiento no sirve vino porque quiere "que huela a buen café".