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Contaminación Lumínica

¿Un cielo sin estrellas? El triste futuro que podrían vivir los bebés que nazcan dentro de 100 años

La población cada vez ve menos estrellas en el cielo. Es la conclusión a la que han llegado un equipo internacional de científicos en un estudio publicado esta semana en la revista Science, cada año se ven menos astros y esto está relacionado directamente con el aumento de la luz artificial en las ciudades de todo el mundo.

Lluvia de estrellasFreepik

Desde hace 12 años la plataforma ciudadana ¨Globe at night¨ recopila información sobre cómo se ve el cielo nocturno en diferentes puntos del planeta. Christopher Kyba, uno de los científicos que ha llevado a cabo el estudio advierte del problema al que nos enfrentamos: ¨cada vez será más rápido si seguimos a este ritmo, un bebé nacido hoy donde se ven 250 estrellas cada noche sólo podrá ver 100 cuando cumpla 18 años”. Asegura que con el aumento del brillo nocturno de las ciudades las estrellas se vuelven invisibles.

Ese brillo provocado pro la luz artificial ha aumentado de un 7 a un 10% al año según el estudio.

Luz artificial

Y cada vez resulta más difícil conocer cuanto ha aumentado la luz artificial en el planeta. Y eso se debe a que los satélites no son capaces de detectar las luces LED cada vez más habituales en los alumbrados públicos. Y esas luces artificiales provocan un reflejo en el cielo provocando el brillo que nos impide ver las estrellas.

Impacto medioambiental

Otra de las conclusiones del estudio es ¨el impacto ambiental asociado¨. Según Constance Walker, coautora del estudio y directora del proyecto supone “efectos graves en el medio ambiente y, por lo tanto, debería ser el foco de investigación”. Tanto a la fauna como a la vegetación el hecho de estar siempre recibiendo luz afecta a sus comportamientos y a sus procesos fisiológicos.

Muchos comportamientos y procesos fisiológicos de los seres vivos están determinados por los ciclos diarios y estacionales y, por lo tanto, están influenciados por la luz. “El resplandor nocturno afecta tanto a los animales diurnos como a los nocturnos y también destruye una parte importante de nuestro patrimonio cultural”, añade Walker. En lo que los científicos coinciden e es que esta contaminación lumínica es uno de los problemas más fáciles de corregir".

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