Alejandro de Abarca ha permanecido escondido en una caseta abandonada al menos hasta el pasado miércoles. Situada a dos kilómetros de donde supuestamente asesinó a Ana Niculai. Los agentes encontraron en su interior una mochila y restos de comida. Un hermanastro suyo, de nombre Cristian, ha confirmado a los agentes que el pasado lunes vio un Audi A4 aparcado justo enfrente.[[RELATED Identifican al presunto asesino [[/RELATED Hasta cuatro personas han reconocido al sospechoso. Primero, un vecino que le vio a primera hora del lunes merodeando por el garaje donde Ana aparcaba el coche junto a su restaurante. Poco después, el empleado de una gasolinera donde rellenó una garrafa de cinco litros de gasolina y finalmente dos personas que se cruzaron con él, andando por un camino, minutos después de comenzar a arder el vehículo. Dos fotografías de Alejandro de Abarca han sido distribuidas a todas las fuerzas de seguridad de las Islas Balares. Incluso se ha establecido un discreto dispositivo de seguridad en el aeropuerto de Palma, así como en el puerto. El fugitivo estaba condenado a 10 años de cárcel por diversos robos y al menos una agresión sexual. Actualmente se encontraba en tercer grado en este centro de reinserción y apenas le quedaba año y medio de condena.