Galicia
La hostelería de la ciudad se vuelca con esta iniciativa que tiene en cuenta a los invidentes en su carta.
“Tienen el mismo derecho que el resto a elegir el café que más les apetezca de la carta”. Mila, propietaria de Bendito Café, es contundente cuando se le pregunta por el asunto que la lleva estos días a los medios de comunicación. Lleva la inclusión por bandera y por eso ha decidido que en su establecimiento la carta también se pueda leer en braille.
Por ahora pocos la han utilizado, “supongo que en los próximos meses, cuando se corra la voz”, pero una de las usuarias es Emily, una clienta de sólo 8 años que frecuenta la cafetería que tenía verdaderos problemas para comunicarse. “Fue por ella por quien hicimos la carta pero estamos abiertos a todos, ojalá vengan muchos más”, comenta entusiasmada.
Pero esto no es un proyecto de una sola persona, se trata de un vecindario volcado con la inclusión. Emily, invidente, tiene una madre con una peluquería cercana a la cafetería y fue quien la ayudó a visibilizar sus necesidades. También está Juani, que es vendedora de cupones en la zona y ayudó a realizar la nueva carta y, por último, Mila, quien se ha encargado de incluirla en su negocio.
La pequeña Emily está contenta porque ha pasado todos estos años esperando a que sus padres fuesen los que le leían el menú, antes de poder elegir, y ahora puede valerse por sí misma para hacerlo.
No solo eso, la iniciativa ha caído tan bien entre los hosteleros de A Coruña que muchos se están planteando también incluir la carta en braille en sus establecimientos. Un ejemplo de barrio, que parte de una pequeña, pero que aspira a llegar a cuantos más, mejor.