Año Nuevo
Los pueblos gallegos de Vilagarcía y Ribeira han dado la bienvenida al 2025 doce horas antes.
Como cada año, hay algún pueblo o Ayuntamiento que decide dar la bienvenida al año nuevo con bastante adelanto, para así también alargar la celebración y disfrutar de una jornada especial. En Galicia lo hacen varios. En el Ayuntamiento pontevedrés de Vilagarcía de Arousa, alrededor de 2.000 personas se reunieron para despedir anticipadamente el año 2024 con la tradicional toma de las uvas en la emblemática praza de Ravella. Este año, las campanadas fueron dadas por los populares Mozos de Arousa: Borjamina, Bruno Vila y Juan Santamaría, quienes se encargaron de añadir un toque personal y alegre al evento.
La jornada festiva comenzó a las 10 de la mañana de este soleado 31 de diciembre con animados pasacalles que recorrieron las calles principales del pueblo, llevando música y energía para anunciar a todos los vecinos y visitantes el inicio de la celebración de este gran día. A partir de las 11:00 horas, la plaza se llenó de música vibrante, colores brillantes, un espectáculo dinámico y, sobre todo, un ambiente cargado de ilusión y alegría contagiosa. Porque sí, en Vilagarcía de Arousa ya se sentía que el año estaba a punto de terminar, aunque aún fueran las 12:00 horas del mediodía.
Brindis emocionados, gritos entusiastas de “feliz ano novo” y una multitud de deseos compartidos con sonrisas y abrazos fueron la tónica dominante de este mediodía tan especial en el pueblo arousano. Allí, en su particular cuenta atrás, ya están oficialmente en 2025, mientras que el resto del mundo sigue preparándose para alcanzarlos.
Al otro lado de la ría y en la provincia de A Coruña, en Ribeira, situado en la hermosa comarca de Barbanza, también decidieron hacer las cosas a su manera, alejándose de las tradicionales celebraciones de la Puerta del Sol, de Cristina Pedroche o Broncano e incluso de las clásicas uvas. Allí, esta misma mañana, la jornada comenzó a las 11:30 horas, con la particular despedida del año 2024 en su particular Porta do Sol, un lugar icónico para la comunidad local.
Para darle un toque auténtico y muy propio de su esencia como vila mariñeira, los habitantes de Ribeira decidieron sustituir las uvas por berberechos, producto estrella de la zona. Aunque, eso sí, para los más pequeños, la opción preferible fueron los tradicionales gusanitos.
“Venimos a celebrarlo con berberechos, que están buenísimos y son una delicia de nuestra tierra”, comenta emocionada una vecina oriunda del pueblo. “Estamos en un puerto pesquero, entonces decidimos que lo más representativo y auténtico, en vez de uvas, era tomar algún producto del mar”, explica otra participante con una amplia sonrisa.
En esta original entrada adelantada al nuevo año ocurre como en la habitual celebración nocturna: siempre hay quien empieza antes de tiempo con los cuartos, quien termina el producto antes de que acaben las campanadas o quien simplemente no logra terminarlo. Pero en este caso, el protagonismo no es de las uvas, sino de los berberechos, que, con humor y cariño, ya han sido bautizados por muchos como las "berbereuvas".
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