Vino
La fiesta tiene su origen en una disputa por unos riscos y, actualmente, se reconoce por su interés Turístico Nacional. Miles de turistas acuden a La Rioja para mancharse de vino y acabar el día en la plaza de la Paz, de Haro.
El objetivo de la 'batalla' es claro: manchar con vino tinto a los participantes hasta quedar completamente morados. Además, esta batalla se acompaña con un almuerzo y se finaliza con unas 'vueltas' en la plaza de la Paz, en la misma localidad de Haro.
María Natalia Villanueva, alcaldesa de Haro ha explicado que "la fiesta del vino es superconocida y nosotros queremos que esto siga siendo así. La gente está aquí para pasárselo bien".
Este acto, donde se mezcla lo religioso con lo pagano, se celebra en los alrededores de la ermita que hay en los Riscos de Bilibio, que se encuentra a unos 6 kilómetros de Haro. El regidor, que encabeza la comitiva, también es el encargado de colocar el pendón de la ciudad en lo alto de las peñas.
Tras un misa se da paso a la batalla del vino, que una vez finalizada se completa con los famosos 'almuerzos' para reponer fuerzas y así poner fin al día caminando de regreso a Haro, donde, en la plaza de la Paz, a las doce de la noche, comienza la última etapa de esta fiesta: las 'vueltas', con las que se pone fin a este día.
La batalla del vino se ha convertido en una Fiesta de Interés Turístico Nacional y no es raro encontrarse a gente tanto de todas partes de España como de fuera. De hecho, cada vez es más habitual ver a extranjeros que se sienten muy atraídos por esta popular fiesta.