Andalucía
Una conocida discoteca de la zona atrae a cientos de jóvenes que se concentran en sus inmediaciones para consumir alcohol todos los fines de semana. Los vecinos exigen más seguridad para evitar que el ruido y la suciedad se apoderen de esta zona residencial.
El jueves por la noche comienza la pesadilla para los vecinos en el barrio de Santa Clara, en Sevilla. Una pesadilla, que no terminará hasta la madrugada del domingo. Decenas de jóvenes comienzan llegar a la zona cargados de bolsas con alcohol, vasos y hielo. No tardan en ocupar cualquier rincón en calles, plazas y jardines parahacer botellón. Empieza el ruido, gritos y música en los coches hasta altas horas de la mañana.
Los vecinos, aunque llaman a la policía, no consiguen que la multitud se disperse definitivamente. Cuando los agentes se marchan, los jóvenes vuelven a aparecer para continuar con la fiesta en la calle. Cientos de personas hacen botellón en los alrededores de una discoteca, antes de acceder al local, aunque algunos grupos ni llegan a entrar. Es una zona primordialmente residencial, ya que esta sala es el único punto de ocio. Estas concentraciones ilegales comenzaron a hacerse cada vez más numerosas después de la pandemia, coincidiendo con las fiestas que organiza la discoteca.
Los vecinos denuncian la suciedad y el peligro
Ya de día, las familias a las que no han dejado dormir, se encuentran la puerta de su casa llena de botellas, vasos y de orines. Los vecinos le exigen al Ayuntamiento que se instale un dispositivo policial fijo para disuadir desde un primer momento estas reuniones. También piden que se coloquen vallas en los parques que no tiene verjas en su perímetro para evitar la entrada por la noche y, por supuesto, que se sancione a todo el que incumpla la ordenanza y les impida descansar. Asimismo, advierten que se dan situaciones de riesgo, porque muchos jóvenes borrachos cruzan varias carreteras cercanas, incluso la SE-30, de forma temeraria.
El barrio de Santa Clara lleva meses soportando esta situación y ya se han reunido representantes vecinales con dirigentes municipales para que se ataje cuando antes el molesto botellón en su zona.
Según datos del Ayuntamiento de Sevilla, desde el fin de la pandemia estas concentraciones en la ciudad han ido aumentando progresivamente. En 2021, la Policía Local de Sevilla realizó más de 7.500 actuaciones para evitar el consumo de alcohol en las calles de la ciudad. Si en 2019 se pusieron en torno a 1.700 multas, el año pasado se superaron las 9.000. La cuantía de la multa por hacer botellón subió a 300 euros.