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El bar Pío Pío de Gran Canaria ofrece un menú diario por 3,50 euros para que los clientes puedan "comer casero y caliente"

Con la subida general de los precios, muchos bares y restaurantes han tenido que subir sus precios. Es por eso que Montserrat Benítez, propietaria del bar Pío Pío Vegueta en Gran Canaria, ha decidido ofrecer a sus clientes un menú diario por tan solo 3,50 euros.

Con la subida general de los precios, lo que ha provocado la elevada inflación, la mayor parte de los restaurantes, bares y cafeterías de nuestro país se han visto abocados a subir también los precios de sus ofertas gastronómicas. Los bocadillos, las tapas, las bebidas y, sobre todo, los menús diarios.

Para el bolsillo de muchos españoles que solían comer de menú, buscar un lugar donde el precio y la calidad se mantengan se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza. Los clientes, en muchas ocasiones, arguyen multitud de triquiñuelas para intentar ahorrar unos céntimos: almorzar solo un plato del menú y el segundo llevarlo a casa y comerlo al día siguiente, evitar el postre si no viene incluido o descartar directamente comer fuera de casa y cocinar más pasta y menos carne fresca.

Para evitar que los ciudadanos pierdan calidad en sus alimentos y que puedan, por lo menos una vez al día, consumir comida “caliente y casera”, Montserrat Benítez, propietaria del bar Pío Pío Vegueta en Gran Canaria, ha decidido ofrecer a sus clientes un menú diario por tan solo 3,50 euros.

Buenos precios sin perder la calidad

La colaboración entre los dueños del bar Pío Pío y algunos puestos del mercado de Vegueta, situado en el casco histórico de Las Palmas de Gran Canaria, hacen posible que se puedan ajustar los precios. Un ejemplo concreto es el de la carnicería Hermanos Ramírez. Este puesto surte la carne local y de KM 0, sin intermediarios. Tal es así que el propio carnicero, Israel Ramírez, sale por la puerta de su puesto y, en apenas diez pasos, entra en la cafetería y le entrega el género fresco en mano a Montserrat.

"Unas veces se gana más y otras menos, pero la satisfacción que nos queda es que los clientes puedan comer"

Ella prepara los alimentos cociéndolos a fuego lento en dos ollas enormes. Mientras aviva el fuego nos cuenta que “el propósito que tienen es que la gente pueda llevarse un plato caliente todos los días a la boca. Incluimos el primero, el segundo plato y el postre. La bebida no porque es un lujo. Unas veces se gana más y otras menos, pero la satisfacción que nos queda es que los clientes puedan comer”.

El reconocimiento que en poco tiempo ha tenido el menú del bar ha hecho que “hayamos pasado de dar 20 menús diarios a 80. Todo en un local de 32 metros cuadrados con 4 mesas y 5 taburetes en la barra. Se nos queda pequeño”, explica Montse, quien, a través de un walkie –talkie, habla con el local contiguo, también de ellos, más pequeño aún si cabe. “Estamos buscando un local mayor para poder abarcar la demanda”, porque “no nos gusta hacer esperar a los clientes”. Clientes como Vero, quien nos dice que “además de barato, las raciones son abundantes y me ahorro lavar los platos en casa”.

Otro cliente nos cuenta que va cada día a comer porque es “un menú barato y se come bien. ¿Dónde puedes comer hoy en día a 3,50 euros? Si te pides un bocadillos por ahí te cobran 4 euros mínimo y aquí, dos platos y el postre, 3,50 euros”.

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