Bancos de alimentos
El almacén de Pontevedra es uno de los que necesita voluntarios para poder dar respuesta al elevado volumen de trabajo.
Se estima que en España 7,7 millones de toneladas de alimentos van a la basura cada año, al tiempo que existen bolsas inadmisibles de pobreza que precisan de ayuda alimentaria. Por suerte, cada vez más particulares y empresas optan por realizar donaciones de productos de alimentación a la red de Bancos de Alimentos.
Uno de ellos es el de Pontevedra, que estos meses necesitará contar con la ayuda de nuevos voluntarios para mantener la labor del almacén ubicado en la calle Faustino Santalices. Desde esta delegación se atiende actualmente a más de 5.000 personas vulnerables, a través de las 40 ONG y entidades homologadas con las que trabaja.
Parte del personal habitual de esta nave, como en tantas otras por todo el país, coge vacaciones durante estas semanas. Es por ello por lo que se requiere "de forma urgente" nuevas manos que ayuden en labores de clasificación y preparación de pedidos.
Desde el Banco de Alimentos admiten que "la realidad es que en verano hay menos voluntarios", pero no por ello se detiene la actividad: "El trabajo sigue siendo el mismo, ya que el hambre no coge vacaciones", relatan.
Para formar parte del equipo humano de la red de Bancos de Alimentos, hay que cumplir una serie de requisitos: "Considerarse una persona empática con la realidad social que nos rodea, así como disponer de tiempo alguna mañana de lunes a viernes".
Los interesados pueden contactar directamente con sus naves de referencia por todo el país, o por las vías de comunicación operativas de la institución. El equipo de la 'marea azul' reconoce que ser voluntario "es una experiencia altamente recomendable, ayudar a las personas sin recursos de nuestro alrededor es un motivo de satisfacción y bienestar".
La Fundación Provincial Banco de Alimentos lleva casi 30 años de actividad en Vigo y otros 10 años en Pontevedra. Sus esfuerzos van encaminados a velar por el cumplimiento de uno de los derechos humanos más fundamentales: el acceso a una alimentación suficiente, segura y saludable.
Los Bancos de Alimentos no reparten directamente los productos a los beneficiarios finales, sino que actúan como entidades mayoristas de almacenamiento y distribución de alimentos, que hacen llegar a entidades benéficas minoristas junto a otras medidas de inclusión social.
Esas entidades receptoras suelen ser, entre otras, comedores sociales, residencias de mayores o de jóvenes u hogares de acogida. Todo ello para que ninguna persona pase hambre. Tampoco en verano.
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