EN SU MAYORÍA BRITÁNICOS
Un verano más, Mallorca vuelve a estar invadida por jóvenes extranjeros que disfrutan del denominado "turismo de bajo coste". Un modo de viaje que mezcla diversión, alcohol e imprudencias y en algunas ocasiones puede resultar un cóctel explosivo que termina en tragedia. La práctica del 'balconing' puede dar lugar a un fatal final a estas vacaciones low cost.
Los extranjeros asiduos a este tipo de turismo suelen ser los más ruidosos, los que más beben y también los más imprudentes. El pasado año 12 millones y medio de turistas viajaron al archipiélago balear. Los que más quebraderos de cabeza han dado fueron los jóvenes por prácticas como el 'balconing'. Y siguen preocupando a las autoridades mallorquinas y españolas.
Los trabajadores de los establecimientos hoteleros que sufren esta práctica no se curan de espanto. En los últimos 3 años, 16 personas han fallecido en las Islas Baleares por precipitarse desde sus habitaciones. Este verano ya van dos en una decena de accidentes. Imprudencia, drogas y alcohol suelen ocasionar estas tragedias.
Detrás de estas cifras se encuentra el fenómeno del turismo barato: jovenes extranjeros, muchos en viajes organizados, que buscan alcohol y diversión menos caro que en su país.
El propio gobierno británico ha lanzado este año una campaña de concienciación con un joven como protagonista. El pasado año se había precipitado desde su habitación en Mallorca pero hoy puede contarlo.