SEGÚN UN INFORME DE LA COMUNIDAD DE MADRID
'Compro oro, compro oro'. Este es el reclamo comercial que se vocifera por las calles para captar al cliente.
El problema llega al pesar esos gramos de oro, porque no todos los establecimientos de compra-venta dan el mismo resultado.
Por eso, inspectores de la Dirección de Industria de la Comunidad de Madrid han detectado que lo que hay son básculas modificadas no homologadas, es decir, sin una pegatina identificativa.
Una especie de ITV que todos estos aparatos de precisión deben pasar cada dos años.
Según un informe, el 60% de las básculas no da el peso correcto y en muchos casos hay violencia porque los establecimientos son algo reacios a los inspectores.
Pasar una inspección y comprobar el DNI del vendedor, son algunas de las medidas para controlar que en el negocio del oro, no proliferen las dudas.