Ocio
La mejora de la situación epidemiológica ha llevado al Ayuntamiento a habilitar esta zona para que los jóvenes no causen molestias en el centro
La prohibición de consumir alcohol en la calle supone que los botellones estén penalizados en parques, plazas y vías urbanas de toda Galicia. La excepción, en la ciudad de Pontevedra, es el Recinto Ferial. Un espacio en el que antes del coronavirus se permitía esta práctica, y en el que acostumbraban a reunirse los fines de semana cientos de jóvenes.
Durante la pandemia, para evitar las aglomeraciones, el ayuntamiento clausuró este lugar, pero ha decidido volver a habilitarlo a partir de este fin de semana para que los jóvenes se reúnan en una zona alejada del centro sin causar molestias a los vecinos.
Polémica
Una decisión que no está exenta de polémica. Muchos no están de acuerdo con permitir abiertamente el consumo de bebidas alcohólicas entre los jóvenes en un espacio público. "Que se permita eso no me parece bien", asegura una pontevedresa. Una opinión compartida por muchos vecinos. Pero lo cierto es que también son muchos los defensores.
Los vecinos de las zonas de la ciudad en la que los jóvenes se están reuniendo en estos momentos aseguran estar hartos del ruido y la suciedad que se acumula desde que las restricciones se han relajado y se permiten las reuniones sociales.
"Si no lo hacen en el botellódromo lo hacen aquí, en la zona vieja de la ciudad y estamos hartos, así no se puede descansar". "Si lo quieren hacer lo van a hacer igual, en lugares cerrados o en parques, de eso no hay duda".
Se mantendrán los controles policiales
Por parte del Ayuntamiento de Pontevedra, en el que gobierna el Bloque Nacionalista Galego, aseguran que "la Ley de Salud de Galicia no aplica porque se trata de un espacio dependiente de una infraestructura cultural y ferial" y por lo tanto consideran que "tiene autonomía suficiente" para tomar esta medida que tiene como objetivo solucionar los problemas de convivencia surgidos en algunas zonas de la ciudad donde se estaban realizando botellones cada viernes y sábado.
El gobierno local asegura eso sí, que los controles policiales se mantendrán, todo el tiempo que sea necesario, para evitar las aglomeraciones y el consumo de alcohol en calles y plazas que puedan causar molestias para los vecinos.