Javier Ardines
La autopsia ha revelado que no murió en el acto y que fue golpeado 'con intensidad'.
Javier Ardines, el concejal de IU de Llanes, murió por un shock causado por una hemorragia intracraneal después de ser golpeado 'con intensidad' en la cabeza con un objeto contundente y estrangulado. Lo han confirmado los médicos forenses que fueron a levantar el cadáver a la parroquia de Belmonte de Pría (Llanes) en su declaración en la Audiencia de Oviedo.
Pedro N.A es el presunto inductor de los hechos y Maamar K. y Djilali B los supuestos sicarios, mientras que a Jesús M. se le señala como intermediario.
La autopsia
La autopsia revela que Ardines no murió en el acto y los forenses han explicado que "desde el punto de vista médico" no se puede determinar con precisión cuántas personas formaron parte de la brutal agresión. Creen que podría haber sido atacado por detrás mientras estaba de pie por un agresor diestro que le propinó un golpe fuerte con un objeto "con una masa importante".
Después de recibir ese golpe, el concejal habría sido asfixiado por estrangulamiento con el método conocido como "presa de codo". Podría haber intentado defenderse porque presenta lesiones en el antebrazo derecho. Además, tanto las extremidades como la ropa de la víctima tenían un olor picante y un color oleoso anaranjado, lo que podría corresponderse con los botes de espray de pimienta que se utilizaron, según los investigadores, en la agresión.
Un suceso con trasfondo personal
Al parecer, Pedro N.A., el principal sospechoso, llevó a cabo este plan para quitarle la vida al edil porque, en diciembre de 2017, descubrió que su mujer y Ardines mantenían una relación en secreto. Según la Fiscalía y la acusación particular, Pedro N.A. tomó la decisión de ejecutar el plan en el verano de 2018 en una casa próxima a la de Javier Ardines. Tras ello, contactó con los dos presuntos sicarios y estudió los movimientos de Ardines.
Hubo un primer intento de agresión fallido en la madrugada del 1 de agosto y, finalmente, el 16 de agosto los sicarios colocaron unas vallas para que el vehículo de Javier Ardines no pudiera pasar y, cuando se bajó para retirarlas, le atacaron con un espray de pimienta y le estrangularon hasta matarlo.