Sierra de Guadarrama
Un grupo de lobos ha matado decenas de ovejas y becerros en una finca situada en la Sierra de Guadarrama, cerca de San Lorenzo del Escorial.
Rafael Sandoval posee una finca ganadera en la Sierra de Guadarrama. Le acompañamos a contemplar su proyecto, cría una especie autóctona de Madrid, la oveja rubia del Molar que está en peligro de extinción. Pero no la emplea para carne o leche, sino como "guarda ecológica" de su finca, puesto que el animal posee unas cualidades especiales para consumir el pasto que luego puede arder en incendios. Con su mordida hace un especial compostaje que sirve de abono al suelo.
El problema para los hermanos Sandoval, promotores del proyecto, es que desde hace 15 días todos los días bajan lobos que atacan sus ovejas y algunos pequeños becerros.
Más de 30 ovejas y terneros en los últimos meses muertos, y muchos más heridos. Rafael Sandoval nos cuenta que él no quiere que se mate al lobo porque es un animal que también es necesario en el ciclo ecológico de la naturaleza, pero pide ayuda para disuadir a estas manadas y que se retiren a las montañas para que se alimenten de jabalíes o corzos porque además hay sobrepoblación.
José Manuel Redondo es el agente forestal de la Comunidad de Madrid con mayor experiencia en lobos y su gran área de vigilancia es la zona de La Hiruela y la Sierra del Rincón, donde los ataques de lobos son más frecuentes. Le acompañamos a colocar sus cámaras en los árboles en puntos estratégicos. Con ellas hace un seguimiento especial de los movimientos de los lobos por los bosques madrileños. José Manuel nos corrobora que hay unos 180 ataques de lobos en Madrid al año, pero han bajado mucho desde que en el año 2019 hubieran unas 400. Los Agentes Forestales peritan todos los ataques para ver si son de lobos, cimarrones o buitres. Y el 90% son de lobos. Pero sólo hay en Madrid entre 20 y 30 lobos estables y el 90% de lo que comen son jabalíes y corzos.
La Comunidad de Madrid concede ayudas a los ganaderos ayudas para electrificar sus vallas, comprar y mantener mastines e indemnizaciones por el ganado muerto o por los gastos veterinarios del ganado herido. Pero Rafael Sandoval, el ganadero, nos dicen que necesitan ayudas para disuadir el lobo y obligarlo a retirarse a la montaña para que no bajen a las granjas.
Hay que tener en cuenta que, a pesar de lo llamativo de los ataques, sólo quedan en España unos 2.500 lobos, una cantidad muy pequeña para ser toda una especie. Siguen en peligro de extinción y la caza no es una opción.
Es más: según los biólogos si se cazan podría haber más ataques al ganado, porque si se caza a los ejemplares alfa que a su vez cazan animales silvestres, quedarían los lobos más débiles que optarían por atacar a los animales más débiles también: ósea las ovejas. La solución, como casi siempre, radica en las inversiones que los gobernantes de todas las administraciones dediquen a proteger al lobo y a proteger e indemnizar al ganadero pronto y bien. El Lobo es nuestro último gran depredador. La coexistencia en pleno siglo XXI no sólo es posible, sino que es nuestro deber hacia la naturaleza y hacia nuestra misma supervivencia.
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