La Palma
En el norte de la isla de La Palma no se escuchan rugidos, no se ve lava; continúan su vida cotidiana. La isla se ha dividido en dos: la zona afectada y la que no.
El sur de la isla de La Palma se encuentra luchando contra la erupción del volcán, que lleva más de un mes. Mientras, en el norte, la vida es totalmente diferente. No escuchan el rugir del volcán, ni ven caer la lava y tampoco ven la ceniza.
En Barlovento, a unos 60 kilómetros de la zona del volcán, la vida es diferente. Los vecinos continúan su vida sin correr peligro. Sin embargo, afirman que su corazón está al lado de la isla, ya que la mayoría tiene familiares y amigos al otro lado.
Allí solo saben del volcán en las noticias. Nada saben de él. No hay explosiones, ni coladas; solo solidaridad. Afirman que la gente "lo está pasando bastante mal".
Situación en el sur de la isla
El norte de la isla continúa siendo un paraíso. En cambio, en el sur continúa la preocupación por el volcán en erupción y sus consecuencias. La lava ya ha cubierto 891,9 hectáreas, mientras continúa el avance de las coladas de lava.
El satélite Copernicus también registra un total de 2.143 edificaciones destruidas desde que comenzó la erupción, 14 más que el día anterior.
Se ha localizado una nueva colada en la zona sur del volcán, que discurre por la zona de Las Manchas. Esta zona fue una de las primeras evacuadas cuando el volcán entró en erupción.
Sin embargo, esta nueva colada podría frenarse debido a la gran cantidad de ceniza que está encontrando a su paso. Esto reduciría los daños materiales que está causando.
El Pevolca indica sobre la posibilidad de que esa nueva colada termine uniéndose a otra más cercana y que "no haga más daño".