Coronavirus
Hasta que llegue la vacuna, la mejor forma de mantener bajo control la pandemia del coronavirus es mediante el trabajo de los rastreadores. Su labor es clave para evitar la expansión del virus.
Rastreadores ha habido siempre, aunque la palabra cobre más fuerza ahora. Cuando se detecta un positivo es indispensable trazar sus contactos para evitar una transmisión comunitaria.
Cuando hay un contagiado se encargan de identificar los contactos de todo caso positivo y para pedirles que se aíslen en sus domicilios.
Los rastreadores llaman por teléfono a todos los contactos de un contagiado, se les pregunta dónde y con quién ha estado y se le indica qué tiene que hacer.
Se pueden llegar a producir decenas de llamadas por un solo caso positivo. Por eso, se ha tenido que contratar a médicos y enfermeros que cambian por un tiempo la bata y el fonendoscopio por el ordenador y el teléfono.