Vírgenes consagradas
Pilar Trujillo se ha consagrado en Sevilla como nueva virgen que dedica su vida a Cristo y a Dios.
¿La virginidad y la castidad son valores vigentes en el SXXI? Las vírgenes consagradas son mujeres que dedican su vida y su virginidad a Cristo. Forman parte de la Orden de las Vírgenes Consagradas. En España hay 250 mujeres que viven así. Pilar Trujillo es la última en consagrarse como 'virgen' el pasado sábado en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla. "Ser esposa de cristo es lo más maravilloso del mundo".
Lo más llamativo es que esta mujer no es monja, es procuradora y lo va a seguir siendo. Todas ellas al consagrarse como vírgenes hacen público el propósito santo de seguir más de cerca a Cristo. Según la Archidiócesis de Sevilla, viven su misión en la Iglesia desde tres pilares: la esponsalidad, es decir, la vivencia de ser esposa de Cristo; la virginidad para ser totalmente de Cristo como la Virgen María y la diocesaneidad o maternidad, una misión que se manifiesta en "ser signo de la Iglesia allí donde están".
Las vírgenes consagradas viven de su propio trabajo, en diversas profesiones. Tienen encomendada una misión diocesana en sus parroquias o en tareas diocesanas. Viven en sus propias casas o con sus familias. Se reúnen todos los meses para rezar y compartir y están atendidas pastoralmente por un delegado en nombre del arzobispo.
"Me llamaste a ser tuya, solamente tuya", comentó en su consagración. Trujillo ha atendido este miércoles a 'Espejo Público', donde ha hablado sobre su logro. Para ella, ser una virgen consagrada es "una mujer que está consagrada por su obispo a Dios y al servicio de la Iglesia". "Es una respuesta de amor a un amor recibido. Una se siente profundamente amada a Dios y responde de esa manera".
Mantiene esa vocación "de un modo parecido pero diferente" al de las monjas. "Nosotras nos consagramos a Dios pero vivimos en medio del mundo. Nuestra misión es ser una pequeña luz en medio de la sociedad, pero en el fondo tenemos los mismos fines, no hacemos votos, hacemos una promesa de castidad", ha destacado.
"Fue una ceremonia preciosa cargada de simbolismo porque realmente es una ceremonia nupcial. Una persona se consagra a Jesús y lo toma como esposo. Es el equivalente a un matrimonio", ha relatado. Tiene un anillo por la ceremonia. Esta vocación le llegó a Pilar Trujillo hace poco. "Pero realmente mi consagración al señor viene de antes. En el momento que tuve como un encuentro de corazón a corazón con él", ha remarcado.
"Cuando conocí a Jesucristo y conocí su verdad, su mensaje, me atrajo de una manera que me arrastró. Comprendí que mi vida iba a estar dedicada a él", ha puntualizado la virgen consagrada.