Coronavirus
Rastrear el virus en las aguas residuales es, según los expertos, una buena forma de prever y contener un rebrote. Desde que empezó la pandemia, se analizan todas las semanas pozos y colectores en unos seiscientos puntos de España. Hemos acompañado a uno de esos equipos.
Acompañamos a uno de los equipos cuya misión es rastrear la presencia de trazas del coronavirus en las aguas residuales, en este caso, de la Comunidad de Madrid. Literalmente, un aguja en un pajar, ya que hablamos de una red de colectores, sólo en esta región de más de 16.000 kilómetros.
"Desde la toma de la muestra de la toma hasta que se recibe en laboratorio pasa un tiempo de unas quince horas. Y después se emiten los informes de ensayo en veinticuatro horas", indica el técnico de muestreador Daniela Górriz.
Para ello se han escogido 300 puntos, entre pozos y depuradoras, que son analizados cada semana. "Aislando en un punto de toma una zona concreta, podemos inferir que los datos que obtenemos en ese punto son representativos de esa zona", cuenta Juan Sánchez.
Como estamos comprobando el miedo a los rebrotes de coronavirus está obligando a intensificar la búsqueda de rastros de la Covid-19 incluso en depuradores.
Las investigaciones llevadas a cabo en Valencia y Barcelona han dado sus primeros frutos. "Se está realizando aquí y en otros lugares del mundo. Y el objetivo principal es servir como una herramienta más. Una herramienta poderosa pero que tiene que ser valorada e interpretada por las autoridades sanitarias de la manera más adecuada", cuenta Sánchez.
Estos controles, como se ha demostrado esta semana en la ciudad de Valencia, están permitiendo anticiparse a la aparición de brotes y, sobre todo, actuar de manera más rápida en los focos que ya estén activos.