Tráfico
Un proyecto pionero demuestra que en una carretera de Coín (Málaga), donde fallecieron 10 personas en 2023, que pintar las líneas de rojo baja la siniestralidad.
Una simple línea para salvar vidas en la carretera. Su eficacia ha sido tal que ahora se estudia implementarla en otros lugares. Así lo decidió hacer en febrero de este año la Junta de Andalucía en uno de los puntos más peligrosos de la provincia de Málaga, en la A-355, que une Marbella y Coín. Diez personas murieron allí el año pasado. Sólo seis meses después, los resultados son esperanzadores: los accidentes graves bajan hasta en un 30%. La pintura recorre un tramo largo y resulta muy llamativo.
Se trata pues de un método simple y barato, el trazado de una franja roja en el centro de la calzada, sobre la línea central blanca que delimita los carriles y que recuerda que no se puede adelantar. Los lugareños la llaman “la carretera de la muerte”, y por ella transitan 20.000 vehículos diarios, cuando su estimación inicial era para unos 7.000. Muchos de esos accidentes mortales se producían por adelantamientos y velocidad indebida. Es tan visible y llamativa que, psicológicamente, inhibe la tentación de rebasarla.
Nuestro instinto entiende que este color simboliza peligro. Ocurre en casi todo el reino animal. Es el color que nos pone en alerta ante un riesgo inminente. Una bandera roja nos previene de morir ahogados en el mar; un código rojo significa emergencia; y el botón rojo, al menos culturalmente, activa una opción nada deseada, como lo es un arma devastadora. En la naturaleza, los animales que “visten” con este color, nos indica que es mejor mantenerse alejados. Es un color que activa nuestros instintos primarios y pasionales, tanto positivos como negativos, y de manera inconsciente nos evoca prohibición, fuerza, fuego, pasión, peligro, castigo, dolor, amor, poder y violencia. Es decir, nos agita y nos llama a la acción.
Desde luego, pintar las carreteras de rojo no es ni debe ser la única intervención. Es una medida más, que se combina con los llamados radares pedagógicos (miden la velocidad pero no multan), así como las instalación de nuevas señales, aplicación de antideslizante, colocar más bandas sonoras o realizar ampliaciones de la calzada, entre otras. Todas ellas, en su conjunto, conforman un paquete de medidas que ayudan a que nuestras vías sean más seguras.
Ante el éxito de su implantación, la DGT estudia extenderlo en los puntos negros de todo el país. En Asturias han copiado el modelo para la AS-117, el Corredor del Nalón. También Madrid está estudiando su aplicación. Un informe de la Fundación Mapfre y la Asociación Española de la Carretera (AEC), concluye que podrían evitarse hasta 300 muertes en el asfalto.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad de antena3noticias.com