Naufragio en Cantabria
El robot Comanche de Salvamento Marítimo tiene el objetivo de sumergirse a 120 metros de profundidad para dar con el marinero desaparecido.
Ya han pasado cinco días desde el naufragio de madrugada del buqueVilaboa 1 frente a la costa de Cabo Mayor en Cantabria. Las autoridades continúan buscando al marinero desaparecido en el hundimiento. Dos personas murieron y otras siete fueron rescatadas de las 10 que iban en la embarcación. El robot de la Unidad de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil no pudo llegar al barco hundido a 120 metros por la "fuerte corriente marítima". Sin embargo, otro robot ya está preparado para la inmersión.
El robot es capaz de actuar en condiciones difíciles de mar y corriente, aunque que puede tardar "varios días" en llegar, explican desde la Guardia Civil. El robot Comanche de Salvamento Marítimo tiene que calibrarse, probarse e instalarse a bordo del barco en el puerto de Ferrol (A Coruña) el buque Don Inda. Esto podría llevar "varios días", según la Delegación del Gobierno en Cantabria.
En la cubierta del Don Inda se instalará una cabina de control desde la que se supervisarán y controlarán las operaciones submarinas de búsqueda del hombre desaparecido.
Así es el robot Comanche de Salvamento Marítimo
Las autoridades se aferran al robot Comanche para dar con el paradero del marinero desaparecido. Tiene un peso de 1.200 kilogramos. Está configurado para trabajar en unas condiciones meteorológicas que no superen los 25 nudos de viento y un estado de la mar de fuerza cuatro en la escala de Beaufort.
Cuenta con siete propulsores (cuatro en el plano horizontal y tres verticales) con los que consigue una velocidad de tres nudos y una carga útil de 250 kilogramos. Asimismo, dispone de cuatro cámaras (dos de ellas en soportes motorizados), un sónar de búsqueda con un alcance máximo de 300 metros, un sonar-altímetro que llega a los 50 metros, un profundímetro y una baliza de destellos para su localización en superficie. Tiene dos brazos hidráulicos y un cortacables de guillotina.
Gracias a un mando a distancia a través del cable se envía la energía y las órdenes al robot. El Rov transmite la imagen de las cámaras de vídeo y datos de los sensores y de los sónares al centro de control del buque en superficie.