España despoblada
Son muchas las opciones que tenemos para poner en práctica con el objetivo de mitigar los efectos del cambio climático.
Una de ellas es utilizar energías renovables como hacen en Soria, donde la mitad de la población se abastece de agua caliente y calefacción con unas astillas que provienen de sus bosques.
Se trata de naturaleza en estado puro que se transforma, se procesa y llega a los hogares en forma de calor: es la biomasa como fuente de energía.
Las astillas de madera procedentes de los bosques alimentan tres calderas y mediante una red de tuberías de 18 kilómetros llegan al 40% de los hogares sorianos y edificios de la ciudad proporcionando una energía limpia y renovable.
Para obtener esta energía no hay que salir de la provincia. Solo hay que viajar hasta los montes de la localidad soriana de Cabrejas del Pinar, que tiene 380 habitantes, 6.000 hectáreas de pinar, un porcentaje muy bajo de paro y su futuro en la madera.
Una procesadora se encarga de talar los árboles seleccionados de los que se aprovecha todo. "Todos los restos que anteriormente se dejaban en el monte se llevan a las plantas de procesado y se utiliza como combustible", explica Javier Yagüe, que asegura que esta es "una forma de asentar población con un producto local.
Una vez en la fábrica, que da trabajo a 50 personas, la madera se clasifica, se astilla y en camiones se traslada a la red de calor de Soria.
Su combustión en las calderas genera la energía calorífica que más tarde llega a 16.000 usuarios en forma de calefacción y agua caliente.
"El producto que sacamos de aquí se reparte entre los vecinos con derecho a aprovechamiento forestales del pueblo", indica Fidel Soria, alcalde de Cabrejas del Pinar.
Se trata de un modelo de energía alternativa que ya se ha exportado a otras ciudades como Guadalajara, Vitoria o Aranda de Duero y que está sirviendo además para fijar población en la España vaciada y evitar la emisión de 28.000 toneladas al año de CO2 a la atmósfera.