Coronavirus
El coronavirus ha hecho que este verano sea atípico, las piscinas municipales abren con un aforo limitado. Una de las alternativas para estos meses de calor es la de alquilar una piscina entre particulares.
Un propietario que tiene una piscina la pone en alquiler y un inquilino le contacta para disfrutar de su piscina durante medio día o el día entero.
Las plataformas que gestionan este servicio aseguran haber triplicado la demanda y multiplicado por ocho la cifra de negocio con respecto al año pasado.
El miedo a los contagios es el principal motivo por el que muchos prefieren reunirse con amigos y familiares en un entorno más tranquilo y por tiempo limitado.
Las empresas que ofrecen este servicio exigen tres requisitos: tanto los propietarios como los inquilinos deben llevar mascarilla; también debe estar a disposición de los usuarios gel hidroalcóholico y los propietarios deben desinfectar en profundidad todo lo que los inquilinos pudiesen tocar.