Crimen de Alcasser
Miriam, Desirée y Toñi permanecieron desaparecidas 75 días. Su pista se perdió la noche del 13 de noviembre de 1992 cuando se dirigían a la discoteca 'Coloor'. Esta historia sigue impactando 30 años después.
El 27 de enero de 1993 fueron encontrados los cadáveres de Miriam García, Desirée Hernández y Antonia Gómez, conocidas como las niñas de Alcàsser. Dos apicultores las encontraron en una fosa en el barranco de La Romana, en el municipio de Tous, Valencia.
El 13 de noviembre de 1992, Miriam García, Desirée Hernández y Antonia Gómez salieron de visitar a su amiga Esther con la intención de ir a la discoteca Coolor, a las afueras de Picassent, Valencia, donde se celebraba una fiesta de su instituto. Nunca llegaron y su desaparición conmocionó a todo un país.
Tras 75 días desaparecidas, dos apicultores vieron un brazo medio desenterrado en el barranco de La Romana. Un equipo de la Guardia Civil se trasladó al lugar de los hechos y al excavar se encontraron otros dos cuerpos. Los cadáveres de las niñas estaban envueltos en una alfombra grande y apilados en una fosa de grandes dimensiones.
Además de los cuerpos, en los alrededores de la fosa se encontraron otros objetos como un cartucho sin percutir y un videojuego. Pero la pista más importante fueron unos trozos de papel que, tras su reconstrucción, resultó ser un volante del Hospital La Fe de Valencia a nombre de Enrique Anglés, hermano de uno de los acusados. Esta pista fue clave para la identificación de los sospechosos.
La misma tarde del 27 de enero, la Guardia Civil interrogó a uno de ellos, Miguel Ricart, quien posteriormente hizo una declaración voluntaria confesando que él y su amigo Antonio Anglés habían secuestrado a las niñas cuando hacían autostop, llevándolas a una caseta abandonada en La Romana, donde las violaron.
Miguel Ricart cambió varias veces sus declaraciones, llegando a decir que él era inocente y que fue Antonio Anglés el que violó y asesinó a las niñas. Tras el juicio celebrado en 1997, Miguel Ricart, fue condenado a 170 años de cárcel, pero con la doctrina Parot su sentencia se redujo a 21 años y salió de prisión en 2013. Antonio Anglés nunca fue detenido ni juzgado porque huyó en cuanto se conocieron los hechos y jamás se supo su paradero, aunque a lo largo de los años ha habido varias teorías sobre si estaba vivo o fue asesinado.