Coronavirus
La vida en los balcones nos vuelve a dejar una imagen admirable del optimismo de los españoles ante el coronavirus. Pero este momento es todavía más especial cuando es la gente mayor quien anima a los jóvenes.
Así lo ha demostrado este anciano, que a sus 100 años, no deja de sonreír cada tarde. "¡Ánimo señora!", repite a sus vecinas con los pulgares arriba.
Es un ejemplo más de que el confinamiento, aunque nos obliga a permanecer en casa, nos une más con los que tenemos más cerca. Aunque muchas veces no hubiésemos reparado en ellos.