Estafa
Los estafadores suelen entrar en las casas prometiendo un descuento en la factura de la luz. Cuando han logrado entrar, piden a los inquilinos el número de cuenta bancaria para poder estafarles.
Desde que el precio de los suministros comenzó a subir se han multiplicado las estafas que prometen rebajas en las facturas y también falsos revisores que entran en las casas para robar. Es lo que le ha ocurrido a Marisa. Llegó a casa y dos hombres le dijeron que estaba pagando más de lo que debía en las facturas de la luz. "Me dijeron que me quedara sentada y que no me moviera que daba calambre la alfombra que llevaban", explica.
Los falsos revisores le pidieron también que se quitara las joyas de oro porque también le podían dar calambre. En ese momento se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo: "Dije estos son unos atracadores, pero yo no grite porque me dio miedo". Para Marisa las secuelas que le quedaron son mucho más importantes que los 1.000 euros y las joyas que le robaron. "Tengo mucho miedo, salgo a la calle mirando a todos los lados", asegura.
Los profesionales advierten que solo hay que permitir que entren los técnicos cuando se concierte una cita y estén identificados. La cita siempre se notifica por carta y nunca se presentan en casa sin avisar. Además, indican que tampoco hay que dar datos bancarios. La policía detecta que, con la falta de turistas, los delincuentes se han trasladado de la calle a las viviendas. Por eso insisten en que no hay que abrir la puerta a desconocidos.
Otros métodos
Otro método es que los ladrones intentan hacerse con los datos personales de las personas a través de WhatsApp, mensaje de texto, correo electrónico, llamadas telefónicas o incluso llamando a su propio hogar, normalmente haciéndose pasar por sus propios bancos, compañías telefónicas, Microsoft, Carrefour, Bizum, Correos, DGT, Bitcoin, etc.