SE ENCERRÓ EN LAS CONDICIONES EN LAS QUE VIVIÓ ORTEGA LARA
El artista Omar Jerez, que inició el pasado martes en Valencia un encierro de ocho días en un zulo que recrea las condiciones en las que vivió secuestrado José Antonio Ortega Lara, ha adelantado un día el final de su encierro porque "a nivel psicológico" está "bastante agotado".
Así lo ha explicado el propio Jerez, que pretendía de esta forma denunciar artísticamente la liberación del preso de ETA Iosu Uribetxebarría Bolinaga, condenado por el secuestro de Ortega Lara, y expresar una forma de solidaridad con "víctimas inocentes" producidas por cualquier organización terrorista. "Estoy bastante agotado", ha afirmado el artista al abandonar un encierro en el que además de sufrir "diarreas y dolor de huesos", anímicamente ha quedado "destrozado", hasta el punto de que "ni todos los antidepresivos del mundo" podrían ayudarle a superar este momento.
Ha descrito éstos como "los peores días" de su vida y ha asegurado que es una experiencia que no volverá a repetir, ya que además de la sensación de "soledad" ha sufrido "la imposibilidad de estar con la gente externa". En estos días ha intentado "dormir mucho" pero el frío se lo impedía, por lo que ha andado y se ha movido "para arriba y para abajo"; aun así, ha habido momentos en los que se le "iba la cabeza" y perdía "el sentido común", además de sufrir ataques de pánico y crisis de ansiedad.
Jerez, que ha afirmado que lo que más le apetece ahora es "ducharse" y relajarse en su casa, ha expresado su deseo de poder conocer a Ortega Lara porque le parece "una persona sensata, coherente con su vida y con su pensamiento" y a la que admira "profundamente". Esta "performance", titulada "Sin noticias de Dios", ha transcurrido en un cuarto de hormigón de apenas dos metros de largo y tres de ancho, con una pequeña ventana que ha permanecido tapada los días del encierro, y donde Jerez ha pasado estos días recreando las condiciones en las que estuvo cautivo el funcionario de prisiones.
Jerez entró en el zulo ataviado con un chándal similar al que vestía Ortega Lara cuando fue liberado y sólo ha estado acompañado durante estos días por una esterilla para tumbarse, una pequeña mesa y un silla. En este tiempo se ha alimentado tres veces al día de fruta y verdura y, tal y como explicó el mismo artista, tenía previsto hacer sus "necesidades" en el mismo zulo.