Navidad
En este municipio de Madrid la factura de la luz pasa a un segundo plano y sus calles y fachadas se convierten en un verdadero escenario navideño al más puro estilo americano.
En estas fechas una de las principales atracciones de Nueva York es la iluminación con la que se decoran decenas de casas en el barrio de Brooklyn. Por eso, es habitual que visitantes de todo el mundo se acerquen hasta allí para disfrutar de una tradición que comenzó después de los atentados del 11S, hace ya 20 años. Y ahora aquí, en España, les ha salido un serio competidor: Arroyomolinos.
En este municipio madrileño cada vez son más los vecinos dispuestos a que su casa sea la mejor iluminada de la Navidad. El precio de la luz, pese a estar en máximos históricos, pasa a un segundo plano y sus calles y fachadas se convierten en un verdadero escenario navideño al más puro estilo americano.
Miles de bombillas que iluminan la Navidad
La diferencia entre ver una casa cien por cien navideña o no, está en el número de bombillas que envuelven la fachada. Una de las propietarias de estas casas estilo Brooklyn confiesa que ella y su familia son unos "verdaderos apasionados de las películas navideñas de los sábados y los domingos de Antena 3". Admite que es consciente de que es "casi imposible" imitar a los neoyorkinos pero que "intentan que en Arroyomolinos los niños tengan algo parecido a lo que viven allí".
Nicoletta es decoradora navideña y realiza a mano su propio decorado. Ana Millán, la alcaldesa del municipio, abre las puertas de su pueblo más que orgullosa porque el hecho de que esta decoración navideña este al aire libre brinda la oportunidad a todo el mundo a que disfruten de la localidad más navideña de España: "En plena pandemia, el hecho de que sea al aire libre te da más seguridad".
No solo las luces son lo que llaman la atención de Arroyomolinos, sino también el enorme buzón que recibe cartas de todos los más pequeños que pasan por allí. "Unas 30 o 50 al día", asegura una vecina. Y también los niños, orgullosos de sus tradiciones, confían que en un futuro la costumbre navideña pase de padres a hijos en las próximas generaciones